Bucarest, la magia de San Mamés, el Sporting de Portugal, la posibilidad de repetir final europea más de tres décadas después... La semifinal de la Europa League monopoliza la atención en el entorno del Athletic. Con un pequeño resquicio, quizá, para el sorteo de las entradas para la final de Copa. A los rojiblancos, sin embargo, les toca pensar en otro asuntillo.

Un auténtico incordio, en opinión de muchos, este viaje a Santander, con todo lo que se juega el equipo en apenas cuatro días y teniendo en cuenta que la final copera ya le asegura la presencia en Europa la próxima temporada. Pero la visita al farolillo rojo, como la sarna del dicho, no tiene por qué ser en absoluto picajosa.

Ander Iturraspe reconocía el viernes que una buena actuación en El Sardinero fortalecería al equipo de cara al encuentro del próximo jueves, tras su flojo papel en el Jose Alvalade. Y no es una cuestión exclusivamente visual. Si, tras imponerse al Mallorca, el Athletic es capaz de encadenar una segunda victoria -algo que solo ha conseguido una vez en esta Liga, allá por el mes de octubre-, podría acabar la jornada en puestos europeos. O incluso mejor, teniendo en cuenta que Osasuna recibe mañana al Málaga, acercarse considerablemente a posiciones de Liga de Campeones aunque, paradójicamente, se mantuviera en la séptima plaza.

El triunfo, además, supondría el final de la mala racha que persigue a los bilbainos lejos de San Mamés, con apenas dos puntos sumados en los seis últimos desplazamientos y su última victoria como visitante, hace casi tres meses, perdida en el baúl de los recuerdos. Aunque los rivales en problemas no se les den especialmente bien, no parece que visiten el peor lugar para intentarlo. El Racing es el peor equipo de la categoría, con pie y medio en Segunda -con solo cinco partidos por disputar, le separan diez puntos de la salvación- y unos números en consonancia: apenas 24 goles marcados en 34 partidos y solo cuatro victorias celebradas, la última hace ya más de tres meses. Desde entonces solo ha podido sumar seis empates en quince jornadas, 6 puntos de 45.

Sin Muniain

En contra del Athletic, lo habitual, el maratón en que se ha convertido la temporada para los rojiblancos, que ya se ha manifestado en más de una ocasión, a nivel físico y anímico. No ve cansado a su equipo Marcelo Bielsa, que ayer lanzó alguna puya a este respecto, recordando que, según los «observadores externos» -la prensa, habrá que suponer-, para los que «cuando dejan de jugar los habituales y el equipo no produce buenas actiaciones, el motivo es porque la plantilla es corta y los jugadores que sustituyen a los habituales no están a la altura de los que juegan habitualmente; y cuando juegan los que juegan siempre y la actuación no es satisfactoria, el motivo es porque están cansados». El técnico, de todos modos, admite que el cansancio es una posibilidad a la que se enfrentan los jugadores, ya sea «mental, físico y a veces de coordinación». Quizá alguno de las tres opciones sea la que haya dejado fuera de la convocatoria a Iker Muniain, aparentemente superados los problemas en su ojo. Bielsa confirmó que Gaizka Toquero le sustituirá en el equipo titular, al que también regresa Javi Martínez.

En un partido, coincidía el técnico con Iturraspe, doblemente importante para el Athletic. Por los puntos en juego y por sus consecuencias de cara al jueves. Lo que, en su opinión, descarta el riesgo de despiste. «Este partido es el más importante para nosotros hasta el lunes. Protegiendo este partido, empezamos a proteger el partido del jueves, honrando este partido, tratando de reconquistar el nivel de juego, empezaremos a construir el equipo que tiene que transformar la derrota de Portugal en una clasificación. Este partido es sustancial en sí mismo y de cara a lo que representa para el partido del próximo jueves», insistió.