«Las Fuerzas Armadas de Sudán bombardearon nuestras posiciones ayer por la noche (por el viernes) y esta mañana (ayer) con aviones Antonov», dijo a la agencia Reuters un portavoz militar sursudanés, Philip Aguer. «Ayer por la noche teníamos pleno control de Heglig y ahora casi hemos completado nuestra retirada ordenada», añadió.

El Ejército de Sudán, por su parte, no realizó comentarios después de que el viernes afirmara que había «liberado» Heglig por la fuerza.

Desde Bentiu, la capital del Estado de Unity en Sudán del Sur, ha podido observarse una larga fila de camiones militares y un grupo de soldados heridos sentados en las camas enfrente de un hospital lleno de pacientes.

Esta denuncia coincide con un mensaje audiovisual de Obama en el que intenta impedir al escalada de violencia entre Sudán y Sudán del Sur instando a poner fin a las hostilidades fronterizas.

«Ustedes todavía tienen la oportunidad de evitar ser arrastrados a una guerra que sólo conduce a un lugar: más sufrimiento, más refugiados, más muerte», declaró Obama.

Sudán del Sur tomó Heglig la semana pasada, algo que aumentó las ya tensas relaciones entre ambos países, y el viernes comenzó su retirada después de las duras críticas recibidas por su actuación por parte del Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon.

Temas pendientes

Sudán y Sudán del Sur desconfían el uno del otro y aún no han llegado a acuerdos sobre el trazado de la frontera, sobre cuánto debe pagar Juba por transportar su petróleo a través de Sudán y sobre la división de la deuda nacional, entre otras cuestiones.

Además del presidente de EEUU Barack Obama, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, exhortó ayer a Sudán y a Sudán del Sur a que reanuden las negociaciones de «forma inmediata», después de que las tensiones entre ambos países se intensificaran en la localidad fronteriza de Heglig.

En concreto, Ban ha exigido a los gobiernos enfrentados que «activen el Mecanismo de Control y Verificación Conjunta de las Fronteras para contribuir a asegurar la seguridad en las zonas fronterizas».

Ban reiteró en un comunicado su llamamiento a Jartum para que «detenga los bombardeos sobre el territorio sursudanés» y ha urgido a ambos gobiernos a «cesar el apoyo a los respectivos grupos rebeldes», acusados de insuflar los enfrentamientos armados.