un solitario gol de Toquero da los tres puntos
Ir, ganar y volver
Los leones sudaron lo justo para ganar un choque que debieron rematar en la primera parte y que acabaron sintiendo un sudor frío.
RACING 0
ATHLETIC 1
Joseba VIVANCO
Pues aquello de a Santander, ir... ganar y volver, va a ser cierto. El Racing sumaba ocho encuentros seguidos sin ganar en casa en Liga y ocho consecutivos sin ganar al Athletic. Se presentaba como el consuelo propicio tras la `decepción' del jueves en Lisboa, y el sparring perfecto para no desgastarse demasiado cara a la vuelta europea. Y fue lo uno y lo otro, respondiendo al guión previamente trazado. Y eso que el Athletic se mostró como un equipo complaciente en una primera mitad, en la que se adelantó con gol de Toquero y mandó sin echar gota, y temerario en una segunda parte en la que los cántabros dieron un pasito adelante y a los bilbainos les corrió a ratos un sudor frío por la espina dorsal, cuando decidieron jugar con fuego hasta el último minuto de partido.
Lo visto ayer sobre un desangelado Sardinero -otrora campo minado en cada visita del Athletic- podría asemejarse a un Getafe-Mallorca o un Granada-Sporting de inicio de temporada a mediodía o a las cuatro de la tarde. Cualquier futbolero imparcial habría echado mano del zapping a los pocos minutos del tanto de Toquero. Porque si el Racing se vio que es un equipo desahuciado, falto de ambición y resignado -a los veinte minutos de partido y por debajo en el resultado no había cometido aún ni una sola falta-, el Athletic volvió a ser ese Athletic previsible y apático de las últimas semanas. Sudar no sudó para ganar, pero si este partido no se llega a ganar, Bielsa los hace volver al `Botxo' en auto-stop.
Una pachanga
A los pocos minutos de un partido en el que se vio que los racinguistas ni siquieran hacían ademán de irse al ataque, los de Marcelo Bielsa se encontraron casi sin buscarlo con un pase en profundidad de Herrera y un gol de esos que hacen justicia al otro Toquero, el que también sabe jugar y no solo correr y batallar -«mucha sutileza para lo que es habitual en él», se despachó el comentarista de Gol TV-.
Con suavidad, con el exterior, la cruzó ante la salida de Mario agradeciendo la titularidad dada por el argentino en el once inicial. Un Racing que se había dejado su espíritu combativo y su honor en algún vestuario en alguna jornada de Liga tiempo atrás, ni se inmutó por el gol.
El encuentro más parecía una pachanga de esas que Bielsa programa ahora en Lezama entre suplentes y Bilbao Athletic. Con la diferencia de que aquellos dan el máximo, mientras que el Athletic de ayer se limitó a mantener metida la primera marcha y dominar por inercia, porque dos no discuten si uno no quiere, y los cántabros no estaban ni siquiera para eso.
Los rojiblancos siguieron mostrándose imprecisos, abusando de las jugadas rápidas e inefectivas en lugar de apostar por el control del juego, priorizando llegar lo antes posible a la meta rival sobre las posesiones largas. Un dominio sin control, de esos en los que cualquier jugada aislada o tonta, como el balón a puerta de Adrián que sacó Javi Martínez, o el disparo ajustado al palo de Munitis, pueden sobresaltarte la siesta.
Había que matar el partido y el Athletic pudo finiquitarlo si Toquero, tras sortear a Mario, no se hubiera trastabillado con la pelota, o si Susaeta, ante la línea de meta, no hubiese vuelto a ser el lindo gatito de antaño, y no el felino de esta temporada.
Salió del vestuario el Racing dando un pasito al frente. Sopló y el Athletic lo notó en su cogote. Y Bielsa pronto se cercioró de que, después de ver a Herrera malograr otra ocasión con un flojo disparo cercano a las manos de Mario, había que amarrar los tres puntos cuanto antes o este Athletic con el trasero pelado de ver escaparse puntos podía pasar apuros. También movió ficha el técnico racinguista y metió más pólvora arriba con Jairo y Acosta, y a fe que sus cambios resultaron más dinámicos que los del rosarino.
El Racing pudo empatar
En el minuto 65, Cisma remató mal en el segundo palo; en el mismo minuto Acosta desperdició un mano a mano con Iraizoz en el que el navarro se lució; en el 68 cabezazo del propio Acosta alto; en el 69 disparo alto desde lejos de Papa Diop; y en el 71 otro tanto de Jairo. Y entre medias, la entrada de Ekiza para apuntalar la línea de tres atrás y frenar a las dos puntas locales, y una media-ocasión de Llorente.
No contentos, en el minuto 79 Javi Martínez sacó a córner un balón envenenado desde la banda y, casi en el último suspiro, los corazones de Bielsa y de los dos mil aficionados athleticzales en El Sardinero se detuvieron en un balón lateral que cayó a los pies de Diop y a su chut se agarró Iraizoz como si le fuera la vida en ello, evitando la que los cántabros liaron en San Mamés en la primera vuelta.
Susto mayúsculo para poner fin a una segunda mitad en la que al Athletic le costó más de lo necesario mandar y rematar tres puntos que eran, y son, de oro para mantener viva la esperanza de meterse en puestos europeos y hasta soñar con los de Champions League.
El gol de Carlos Vela en Anoeta evitó que el Racing descendiera ayer de forma matemática, tras 10 temporadas seguidas en Primera. Pero es cuestión de otra jornada más. Para el Athletic, santanderinos y el infumable partido de ayer son ya historia. Los cinco sentidos están puestos en el partido del jueves, el más importante de los últimos años. El espíritu copero de 2009 llama a San Mamés.
El entrenador rojiblanco Marcelo Bielsa reflexionó al final del encuentro para afirmar que su equipo fue «superior» al Racing durante todo el partido y, en su opinión, debieron «conseguir más goles y no conceder tantas situaciones de gol» en el último tramo del encuentro. El técnico argentino subrayó que el triunfo fue «merecido» pero el hecho de no ampliar la diferencia en el marcador dejó la posibilidad al Racing de empatar el encuentro. «Hemos sido superiores en el trámite, dominadores, pero muy cerca de situaciones de gol ambos equipos», dijo. «Nos faltó un gol de diferencia, dejamos pasar oportunidades y ellos tuvieron ocasión de empatar» y todo en un choque en el que como resumió el preparador visitante «era para haber definido antes».
«La sensación no es de satisfacción plena, sino de que si no se aprovechan la superioridad y las ocasiones los partidos como el de hoy se pueden complicar», recalcó en un sentimiento generalizado tras ver cómo en algunos momentos el Athletic se complicó la vida y los tres necesarios puntos.
El entrenador reiteró que durante la primera hora del partido el control había sido de su equipo pero que, al no lograr «consolidar» el resultado con más goles, el Racing «ha corrido más riesgos» en la última media hora y «ha creado algunas ocasiones». Sobre las dos novedades en el once, Bielsa dijo que Toquero «tuvo un buen primer tiempo» pero sin continuidad tras el descanso, mientras que Ibai «sintió el ritmo del partido en la última media hora».
Sobre la vuelta de la semifinal europea frente al Sporting de Portugal, Bielsa recalcó que ve el partido «complicado» pero «totalmente optimista» y confiado en poder superar la eliminatoria.
Los 17.000 números que tendrán derecho a recoger una entrada para la final de Copa en el Vicente Calderón son desde el 29.733 al 34.955 y del 1 al 11.777, los cuatro incluidos. La bola que el bombo arrojó fue la del número 29.733. Fue el resultado del esperado sorteo celebrado ayer en Ibaigane con el mismo bombo utilizado en el Gordo de Navidad y seguido con una enorme expectación en la misma sede del club. En total, 34.955 socios rojiblancos aspiraban a una de esas entradas. Su precio oscila entre 250 euros la más cara y 60 la más barata.
Tras el pitido final en El Sardinero, los rojiblancos tenían ya la mente en el Sporting de Portugal. «El jueves no solo jugamos nosotros, jugamos todos, toda la afición», arengó Javi Martínez, mientras que Herrera reclamó que «necesitamos a San Mamés como en las ocasiones grandes» y Toquero confesó que «tenemos una ganas terribles de jugar ese partido».