El rey de Bahrein agradece a la Fórmula 1 la celebración del Gran Premio
El rey de Bahrein tuvo ayer su carrera después de semanas de protestas de la comunidad chií que exige reformas y el fin de la marginación que sufre en un país dominado por la familia real suní. Hamad Ben Isa al Jalifa agradeció a la Fórmula 1 que no cancelara el Gran Premio.
GARA | MANAMA
El rey de Bahrein manifestó su agradecimiento al mundo de la Fórmula 1 por la celebración del Gran Premio, pese a la multiplicación de manifestaciones de la oposición chií, que exige reformas de fondo a la monarquía.
El movimiento de los Jóvenes del 14 de Febrero llamó a manifestarse en las distintas localidades durante la carrera y a participar en una manifestación hacia la Plaza de la Perla, en la capital, Manama, donde se inició la movilización opositora en febrero de 2011.
Los manifestantes lograron bloquear brevemente algunas carreteras a primeras horas de la mañana, quemando neumáticos y contenedores para residuos, mientras un helicóptero sobrevolaba la zona. Pese al clima de represión que ha vivido el país el último año y, especial, las últimas semanas el patrón de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, se negó a suspender la carrera, tal y como se lo habían pedido grupos de derechos humanos y varios políticos británicos, para quienes este evento deportivo suponía un lavado de cara del régimen.
Ayer, el rey Hamad Ben Isa al Jalifa transmitió su «reconocimiento» a los organizadores del Gran Premio por permitir que «este gran acontecimiento se realice con el espíritu comunitario y festivo que representa la Fórmula 1». No obstante, «quiero recalcar claramente mi compromiso personal en pro de reformas y la reconciliación en nuestro país. La puerta que lleva a un diálogo sincero sigue estando abierta», aseguró.
El sábado, la oposición denunció el hallazgo en el tejado de un edificio del cadáver de un manifestantes de 36 años.
Por la noche, decenas de manifestantes, algunos de ellos encapuchados, corearon consignas contra la dinastía reinante, tras lo que se produjeron enfrentamientos con las fuerzas de seguridad que se habían desplegado masivamente alrededor de los pueblos en los que viven las comunidades chiíes. En algunos de ellos como Malkiya, Karzakan, Sadad y Damistan, los manifestantes esgrimieron banderolas en las que se leía «No a la Fórmula de la Sangre», eslogan de una campaña lanzada por los Jóvenes del 14 de Febrero.
Las autoridades sostienen que se trata de incidentes aislados. El pasado año, sin embargo, tuvieron que suspender la carrera como consecuencia de los disturbios que costaron la vida a una treintena de personas.
