Unos doscientos ciudadanos y ciudadanas vascas asistieron en Donostia a la presentación de la Fundación «Egiari zor», que agrupará a las personas afectadas por la violencia de los estados español y francés, que en las últimas décadas de conflicto han dejado miles y miles de damnificados en este país. El nombre de la fundación es elocuente respecto a lo que demandan quienes han decidido agruparse en torno a ella: verdad y, de su mano, memoria y reconocimiento. Algo que no han encontrado por parte de unas instituciones que durante demasiado tiempo las han tratado como víctimas de segunda categoría, cuando no, directamente, las han relegado al olvido más absoluto. Y es que ha sido el calor popular el que ha mitigado el desprecio sufrido por demasiada gente desde la administración y los tribunales.

Con todo, la reivindicación de «memoria y dignidad» que expusieron como carta de presentación, parte del compromiso con un futuro distinto al pasado que ha marcado sus vidas, un futuro en el que nadie sufra nunca más las consecuencias de un conflicto con hondas raíces políticas y sobre el que ni Madrid ni París han mostrado hasta ahora disposición de dar solución. Más bien, todo lo contrario. Por eso, porque entienden también el dolor sufrido por otras personas, en la multitudinaria comparecencia de ayer los portavoces de este nuevo agente insistieron en situar su trabajo en clave de solución, aportando lo que esté en su mano, de forma constructiva, para alcanzar el escenario que ellos mismos y sus allegados fallecidos a causa de la represión estatal han anhelado durante toda su vida.

«Egiari zor» nace para buscar la verdad como herramienta para alcanzar un solución justa y compartida. Porque sin esa verdad, solo con relatos parciales y tergiversadores como los que algunos parecen empeñados en escribir de forma irresponsable, será difícil levantar los cimientos de un nuevo tiempo que todos los habitantes de Euskal Herria puedan sentir como propio. Este pueblo se merece la verdad, porque se merece también un futuro diferente.