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El desacuerdo sobre el déficit provoca la dimisión del Gobierno neerlandés

La caída del Gobierno neerlandés, al no lograr un acuerdo con sus socios parlamentarios de extrema derecha para cerrar un plan de políticas de austeridad, ha provocado una nueva crisis política en el seno de la Unión Europea. El primer ministro presentó su dimisión a la reina Beatriz después de que el sábado el líder del ultraderechista Partido de la Libertad, Geert Wilders, abandonara las negociaciones.

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GARA | LA HAYA

Mark Rutte presentó ayer a la reina Beatriz de Holanda la dimisión del Gobierno de coalición neerlandés, que encabezaba desde octubre de 2010, una decisión provocada por los desacuerdos con su principal aliado parlamentario, el ultraderechista Partido de la Libertad (PVV), de Geert Wilders, sobre las medidas para reducir el déficit público al 3% del PIB en 2013, el plazo acordado con la Unión Europea (UE). Países Bajos se convierte así en una nueva víctima de las políticas de austeridad exigidas por Bruselas desde el inicio de la crisis financiera en 2008 y en un nuevo motivo de preocupación para la UE.

El objetivo de las conversaciones rotas el sábado, después de siete semanas, era concretar un recorte de entre 14.000 y 16.000 millones de euros del presupuesto anual para reducir el déficit, un paquete de ajustes que tenía que ser presentado en Bruselas antes del 30 de abril.

Las insuperables diferencias con el antimusulmán PVV sobre el plan de ajuste, escenificadas el sábado con el abandono de las negociaciones por parte de Wilders, llevaron ayer al primer ministro liberal de derecha a presentar su renuncia y la de su Gabinete, a quienes la monarca solicitó que sigan implicados en las cuestiones de interés estatal mientras considera la dimisión. Rutte tiene previsto dirigirse hoy al Parlamento para explicar su decisión.

La reina está estudiando la dimisión del Gobierno, pero varios ministros admitían abiertamente ayer que hacen falta nuevas elecciones para romper el actual bloqueo político. La ley electoral exige un mínimo de 80 días entre la convocatoria y la celebración de elecciones. Previsiblemente no serán hasta después del verano, aunque un portavoz del Partido Liberal de Rutte apuntó el 27 de junio como posible fecha.

«No hay correlación»

El ministro de Finanzas, Jan Kees de Jager, advirtió a Reuters de que la parálisis política no dejará a Países Bajos a la altura de otros estados con mayores dificultades económicas y, en este sentido, subrayó que «no hay correlación» entre el caso neerlandés y el de «países del sur de Europa», en referencia a Grecia, Portugal, Italia y Estado español.

Las negociaciones sobre nuevos recortes entre los dos partidos de la actual coalición de Gobierno (liberales de derecha y democratacristianos) y su principal aliado parlamentario, el PVV de Wilders, eran complicadas y el líder ultraderechista ya amenazó hace semanas con romper la baraja. Sin embargo, su vuelta a la mesa de negociación llevó a pensar en la posibilidad de un acuerdo, por lo que la decisión final de retirar su apoyo a la coalición en minoría en el último momento ha sido una sorpresa para los analistas y para el propio Rutte.

Según Wilders, convencido antieuropeísta, la retirada de su apoyo ha respondido a que su partido no está dispuesto a «seguir los dictados de Bruselas» si eso significa que los holandeses pierdan su poder adquisitivo.

Mientras, el Ejecutivo en funciones de Rutte deberá trabajar para conseguir apoyos no solo para lograr el paquete de ajustes a presentar en Bruselas, sino también para aprobar los Presupuestos del Estado para 2014, que deben estar listos antes de la segunda semana de setiembre.

Algunos miembros de la oposición, como los demócratas liberales, mostraron su disposición a apoyar al Gobierno en la aprobación de las Cuentas, pero no dejaron clara su postura respecto a los ajustes, informó Efe. La segunda fuerza política, los laboristas, en la oposición, hasta el momento han mantenido que no apoyarán las nuevas medidas de ahorro.

El liberal Rutte, un ex ejecutivo fascinado por el «sueño americano»

El primer ministro neerlandés, el liberal Mark Rutte, es un antiguo ejecutivo de la industria agroalimentaria fascinado por el liberalismo económico anglosajón y el «sueño americano». Rutte, de 45 años, al que le gusta citar como ejemplo a Ronad Reagan, Margaret Tatcher y Winston Churchill, se convirtió tras las elecciones legislativas de junio de 2010 en el primer primer ministro liberal del país desde 1918, al frente de un Gobierno minoritario de derecha gracias al apoyo de los diputados del partido ultraderechista de Geert Wilders.

En la biografía «Todo por la política», publicada en octubre de 2010, amigos y compañeros de partido dicen que Rutte es «un neerlandés con un sueño americano» para quien la «fuerza» de EEUU reside en que allí «las personas que nacen sin nada pueden realmente hacer algo con sus vidas». Así, los autores del libro le retratan como un hombre fiel a los principios del liberalismo que quiere reducir drástricamente el gasto público.

Líder del Partido Liberal (VVD) desde 2006, dicen de él que tiene «una actitud extraordinariamente positiva». Antes de dedicarse por completo a la política, a partir de 2002, trabajó durante una década en Unilever. Hasta 2004 fue secretario de Estado de Asuntos Sociales y luego secretario de Estado de Educación, Cultura y Ciencia, cargo que ocupó hasta 2006.

Rutte sabe evitar hábilmente preguntas incómodas y debates parlamentarios con una sonrisa.

Alejado de las convenciones sociales, según sus biógrafos, utiliza vehículos de ocasión, viejos teléfonos móviles y sigue residiendo en la vivienda que compró al graduarse. GARA

bruselas

La Comisión Europea dijo ayer que confía en que Países Bajos apruebe los recortes presupuestarios necesarios para reducir el déficit a pesar de la caída del Gobierno de derecha.

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