Mikel INSAUSTI Crítico cinematográfico
Se produce poco y mal
De la crisis del cine español se viene hablando toda la vida, y ahora tal vez no tanto, porque con la recesión hay muchos otros sectores tocados. Como mero observador puedo decir que nunca lo he visto así de mal, y que le sucede lo del cuento de «Pedro y el lobo», que, cuando el pastor pidió socorro de verdad, nadie le creyó por culpa de tantas falsas alarmas previas. Me temo que las ovejas están siendo devoradas, pero que a los del cine no se les hace caso por su fama de eternos llorones.
En lo que va de año ya he advertido a través de mis críticas de una situación lamentable, con directores que triunfaron en los 90 obligados a hacer encargos de corte televisivo para poder sobrevivir. Los últimos estrenos cinematográficos de Mariano Barroso o Emilio Martínez-Lázaro han hecho encender la señal de alarma. Lo de Miguel Albaladejo es todavía peor, siendo el realizador que está detrás de «Carmina», todo un icono de la telebasura tal como la concibe Tele 5.
Se me podrá tildar de agorero o de dejarme llevar por un pesimismo subjetivo, pero los números no mienten y no hacen sino confirmar esas sensaciones negativas. Pedro Pérez, presidente de los productores (FAPAE), ha dado una rueda de prensa en el Festival de Málaga que no deja lugar a dudas. Con las cifras del primer cuatrimestre encima de la mesa no valen las excusas: la recaudación de las películas estatales ha bajado un más que preocupante 42% porque se ha producido menos y se ha estrenado menos.
Montoro no sabe, no contesta. Y la nueva ley de sistema mixto no entra en vigor hasta el primero de enero del 2013.