Los representantes de la plataforma por las selecciones vascas Esait comparecieron ayer en Bilbo para valorar la sentencia del Tribunal Constitucional, hecha pública el jueves, desestimando el recurso de inconstitucionalidad del artículo 16.6 de la Ley Vasca del Deporte -sobre la representatividad de las federaciones vascas en el ámbito internacional-, presentada en 1998 por el Gobierno del PP presidido por José María Aznar.

El abogado Iñigo Santxo entendía que la sentencia supone jurídicamente «poco», pero moralmente «mucho», y la lectura de Esait es que da por finalizado el largo impasse de 14 años en que se ha esgrimido que la ley se encontraba recurrida para no avanzar en sus contenidos.

El desarrollo de esta ley, fruto de un trabajo en el que confluyeron las voluntades de PNV, EA, IU y la izquierda abertzale -ayer mostraron la foto que lo certificaba en la sede del Parlamento Vasco, y que puede verse en la imagen que acompaña a este texto-, podría retomarse ahora para profundizar en los objetivos planteados entonces, en especial la representación vasca en el ámbito internacional.

Iñigo Santxo explicaba que la integración de las federaciones vascas en las internacionales -todas ellas entes privados- podría comprender cuatro pasos, y los dos primeros ya los cumplen todas ellas: haber sido creadas y constituídas formalmente -bien en atención a sus estatutos o a las normas vigentes-.

A partir de ahí cabe escoger entre dos vías: el camino de integrarse en la estructura piramidal que rige la inmensa mayoría de los deportes actualmente, yendo de las federaciones territoriales a las autonómicas, y de estas a las españolas, a las que de esta forma se les concede su representación internacional.

O se puede optar por otra vía, apuntada ayer por Esait: que las federaciones vascas solicitaran su admisión en las federaciones internacionales correspondientes, y se integraran como miembros de pleno derecho en aquellas en que fueran aceptadas.

Los portavoces de Esait propugnaron esta segunda vía, porque consideran que hay posibilidades de habilitarla y estiman al deporte vasco lo suficientemente «acreditado» para competir en el ámbito internacional.

Esait recalca que la integración de las federaciones en otras de ámbito superior se basa en la «adhesión voluntaria», y por tanto es posible plantearse la vía de acceder directamente a las federaciones internacionales en lugar de a las españolas.

Esta elección supondría una labor previa, que Iñigo Santxo definía como un gran acuerdo nacional, en la línea del alcanzado en 1998, para establecer un diagnóstico compartido, fijar la forma de actuación, y buscar las afinidades que permitieran vencer los obstáculos que algunos estados (entre ellos España y Francia) han introducido para dificultar este acceso directo.

Pero al mismo tiempo subrayaba que es posible, que ya hay precedentes en que se ha dado la razón, como la Federación Catalana de Bowling, integrada en la Internacional junto a la Española, tras desestimar el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) el recurso de la Federación Española.