Nervacero plantea rebajar un 30% los salarios y despedir a 55 trabajadores
La empresa Nervacero, que perternece al grupo Celsa, plantea el despido de 55 trabajadores en su factoría de Trapagaran, una reducción del 30% de los salarios y un aumento de la jornada laboral en 160 horas. En caso contrario, amenaza con desmantelar esta planta siderúrgica.
Juanjo BASTERRA | BILBO
La Federación de Industria de CCOO de Euskadi adelantó ayer que Nervacero, acogiéndose a la reforma laboral aprobada por el Gobierno español del PP, ha planteado el despido de 55 trabajadores, con lo que la plantilla se situaría en 300 personas, lo que valora como «un hachazo sin precedentes en sus condiciones de trabajo bajo amenaza de desmantelamiento de las instalaciones».
En este caso, la dirección pretende una bajada de salarios del 30% y un aumento de la jornada laboral anual de las actuales 1.664 horas a 1.824, lo que equivale a 20 días de labor más al año. El comité ha empezado a elaborar una calendario de movilizaciones «que será planteado a la asamblea general de trabajadores esta semana o a principios de la próxima». De momento, CCOO ya avanzó ayer que «se trata del mayor tijeretazo planteado por una empresa desde la entrada en vigor de la reforma laboral, que facilita la modificación unilateral de las condiciones de trabajo y la inaplicación del convenio, al tiempo que elimina la autorización administrativa a la hora de tramitar expedientes de regulación».
Los delegados sindicales de CCOO en Nervacero comunicaron a la dirección que no aceptan «estos salvajes recortes» y advirtieron de que utilizarán «todas las armas sindicales y jurídicas a su alcance» para evitar que el Grupo Celsa lleve adelante estos drásticos recortes industriales.
Tres años congelados
A juicio de la central sindical que dirige Unai Sordo, «la dirección trata de obtener un enorme ahorro en los costes laborales a costa de precarizar la mano de obra y aplastar derechos laborales. Lo más grave, además, es que lo hace bajo amenaza inmediata de cierre, tratando así de sofocar cualquier intento de oposición laboral».
Nervacero lleva tres años con los salarios congelados y en los últimos años los empleados «han asumido diversos sacrificios en forma de expedientes de regulación, ajustes de plantilla, prejubilaciones y traslados de personal a la planta de Laminaciones Arregui, en Gasteiz, perteneciente al mismo grupo».
Sin embargo, la dirección justifica las medidas porque el acero corrugado que produce Nervacero ha reducido la demanda de 7 millones a 1,2 millones de toneladas anuales.
El comité de empresa propondrá a la asamblea de trabajadores un calendario de movilizaciones. Para empezar, CCOO recalcó que se opone a «las drásticas medidas de ajuste» del Grupo Celsa.