Liga ACB Endesa Gescrap Bizkaia Bilbao Basket se complica la vida tras caer ante Unicaja
Al menos el derbi de Gasteiz será algo más que un trámite
Los de Katsikaris no reaccionaron hasta el final y desperdiciaron una ocasión de asegurar la cuarta posición.
GESCRAP BILBAO BASKET 80
UNICAJA 83
Arnaitz GORRITI
Pues tontamente, Gescrap Bizkaia Bilbao Basket se va a encontrar en la tesitura de ganar el derbi del Buesa Arena este domingo, si no quiere verse fuera no del cuarto lugar y, además, con una peligrosa opción de caer en la séptima plaza, lo que lo dejaría sin Europa ni patrocinador. Todo por hacer, con perdón, el canelo ante Unicaja. Los de Katsikaris jugaron un partido pésimo en el peor momento y dieron vida a un Unicaja que, si mantiene la licencia A, debiera hacer una ofrenda floral a la «Amatxu» de Begoña.
El despropósito casi tuvo arreglo, después de que los de Katsikaris pasaran de caer 56-69 a empatar a 77 y tener el balón con 77-78. Pero Vasileiadis se precipitó y erró el triple y el equipo no hizo balance defensivo, de modo que Darden anotara un mate casi definitivo. En esta ocasión, el carrusel de tiros libres no produjo el mismo resultado que en Donostia.
Unicaja, que no ganaba fuera de su cancha desde el 11 de febrero, saltó con mayor motivación, dominando el rebote y con un Luka Zoric imparable y la inestimable ayuda de Darden. Por parte bilbaina, la ausencia de fluidez y de capacidad de desborde fue lo más destacado en un inicio sin defensas. El cuadro andaluz manejaba el tempo del encuentro, con el joven Alberto Díaz -una auténtica revelación lo de este muchacho de 18 años, campeón en Mannheim con la selección española- llevando el ritmo de forma más que correcta.
Debieron ser los lanzamientos lejanos de Vasileiadis y Raül López los que igualaran el partido a 25 al inicio de un horrible segundo cuarto. Los porcentajes de tiro cayeron en picado y los errores aumentaron exponencialmente. Unicaja no se escapó en el luminoso gracias a sus pérdidas de balón y a un «dos más uno» de Vasileiadis con el reloj del descanso a cero, después de que los hombres de negro vieran cómo Mumbrú cometía cuatro faltas tras una falta en ataque sobre Abrines y la posterior técnica. La mejor noticia fue el 33-36 del descanso.
Pero el receso no trajo nada bueno, sino que Freeland se entonara y que los triples bilbainos, que erró 13 triples consecutivos, no entraran.
Con el último cuarto, la dirección de Díaz y una defensa en zona 2-3 rompieron el duelo hasta el 56-69. Debieron ser, con todo perdido, Jackson, Vasileiadis y Banic los que tiraran de casta -y que Casimiro pusiera a Berni Rodríguez de base, y que los andaluces perdieran 18 balones- los que propiciaran la remontada hasta empatar a 77 a falta de pocos segundos.
Pero los errores y la precipitación impidieron la remontada. Habrá que ver lo que depara una última jornada más «divertida» de lo esperado.
Por falta de agresividad y chispa en lo físico, Fotis Katsikaris apareció triste. El preparador subrayó la importancia del duelo, y por eso achacó la derrota al mal trabajo en retaguardia.
Este equipo empieza en la defensa, que nos da rebote, recuperaciones, canastas fáciles. Y es lo que no hemos tenido, porque no hemos defendido bien, quizá por falta de chispa. Con mala comunicación, malas rotaciones... Ellos han logrado canastas fáciles y ha sido cuestión de concentración. Cuando el equipo defiende, es otro en ataque», dijo.
«Hemos salido muy mal pese a que sabiámos de la importancia. Han sido mucho más agresivos en la primera parte. A pesar de todo, acabamos con un marcador bueno en la primera parte. Pero ellos tenían el ritmo y la confianza, y hemos hecho el esfuerzo al final y no ha podido ser», añadió.
«Teníamos que estar más duros y agresivos. Duele, porque era una final jugando en casa y con la clasificación como está, era imprescindible. Pero debemos recuperarnos en dos días para el partido del domingo. A. G.