Crónica | catorce kilómetros de patrimonio documental
BBVA abre sus archivos para mostrar el pasado y el futuro en 154 años
El banco que preside francisco González abre las puertas de su archivo histórico a la población. Muestra como trabajaban desde hace 154 años. Historia de la actividad industrial y de la política. Se abre al banco del futuro, que no se parecerá a lo actual.
Juanjo BASTERRA
BBVA abre una exposición de la banca como «motor de desarrollo» de tres siglos, XIX, XX y XXI. Es llamativa y trata de romper ese hielo que existe entre los grandes bancos y los clientes, aunque para eso los bancos deberían de cambiar la manera de hacer negocio. Máquinas de escribir antiguas, calculadoras de telas, billetes que puso el Banco Bilbao en circulación en el siglo XIX, accesorios bancarios y una muestra del banco del futuro.
En la misma se pueden ver los primeros billetes desde 1857 y la propia evolución del banco, que se ha convertido en una multinacional, pero también la evolución de las oficinas, ya que el banco que preside Francisco González muestra los avances de un futuro inmediato desde la atención bancaria desde una farmacia, sobre todo para los usuarios no bancarizados de América Latina, y también los últimos y pioneros cajeros automáticos, que han sido ya objeto de premio en materia de diseño en Estados Unidos, realizados por la empresa que proyecta elementos para Apple.
Frente a las cajas fuertes sofisticadas actuales, que no mostraron, existe otra joya como es «un arcón que custodiaba los lingotes de oro de los billetes que puso en circulación el Banco Bilbao en el siglo XIX». Según dijo Vicente Mestre, director Territorial Norte de BBVA, «contamos con un patrimonio artístico-documental que ocupa 14 kilómetros» y recordó que la exposición es abierta y muestra la evolución de ese negocio.
El banco trata de dar una cara amable con esta exposición. Porque, como explicó Víctor Arroyo, responsable del archivo histórico de BBVA, «busca sintetizar los 154 años del actual BBVA». En la parte numismática, la exposición recoge «los billetes procedentes de la colección de BBVA, entre los que emitió en el siglo XIX con valores de 100, 200, 500, 1.000, 2.000 y 4.000 reales de vellón». Se pueden ver también los documentos fundacionales del Banco Bilbao (1857) y del Hipotecario (1873).
Arcón para lingotes de oro
Según explicó Arroyo, «destaca el primer arcón que tuvo el banco y cuya finalidad era la custodia del contravalor metálico de los billetes que puso en circulación en su etapa como banco de emisión». En 1874 el monopolio de la emisión de billetes pasó al Banco de España. En este caso, llama la atención que de ser un banco pequeño ha pasado a ser un banco que se extiende por América, Asia y Europa con 50 millones de clientes y 600.000 millones de euros en activos que, evidentemente, no entran en el primer arcón.
En la muestra se recogen billetes de la Segunda República, de la zona fascista del Gobierno de Burgos, y billetes de la Cornisa Cantábrica Republicana, con emisiones de Bilbo, Santander y Asturias. Arroyo explicó un detalle interesante dado que al principio «el dinero se emitía en talones, porque estas zonas, muy industrializadas, se tenía que pagar a la semana o a diario a los trabajadores, por lo que era necesario habilitar talones. En Asturias ocurrió algo parecido», precisó.
El responsable del archivo histórico de BBVA recordó que el proceso de bancarización comenzó en el siglo pasado. «Fue el modelo catalán. Los comerciantes banqueros, que crearon casas de bancos y después sociedades anónimas como Banca Pardó o Banca Manresa, entre otros». Por ejemplo, Banco Bilbao abrió su primera oficina en París en 1902 y otra en 1918, en Londres. En julio 1938 se emitió el primer billete por un valor de 5.000 pesetas
La exposición da un especial valor a la fecha de 1999, que es cuando se crea BBVA, tras la fusión del Banco Bilbao y Banco Vizcaya, primero, y después, su unión con Argentaria.
Un salto que eleva en estos momentos la plantilla del banco a 111.306 empleados, aunque la realidad muestra que cada vez son menos los trabajadores que se encuentran en las oficinas de Euskal Herria, tierra que vio nacer a los embriones de este banco multinacional
La última parte de la exposición, que se distribuye en la planta baja de 900 metros cuadrados en Gran Vía 1, el edificio que fue construido por Babcock Montajes, empresa ya desaparecida, se encuentra el banco del futuro. La nueva tecnología se expande. Cajeros automáticos de última generación, que pronto se instalarán en Bilbo y otros sistemas de expansión audiovisual conectada a la red, imprescindible para el banco del futuro, porque estará conectado y dirigido en la red.