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Montanier volvió a comprobar que no por jugar con más delanteros se ataca mejor

Ganó el que más lo necesitaba

Osasuna se hizo merecedor incluso de una victoria más amplia porque tuvo muchas más ocasiones que una Real decepcionante.

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OSASUNA 1

REAL SOCIEDAD 0

Joseba ITURRIA

Osasuna venció con todo merecimiento en el último derbi vasco de la temporada, que acabó con un resultado corto para el número de ocasiones que tuvo el equipo de Mendilibar, que demostró que casi siempre suele ganar el equipo que más lo necesita. Los rojillos apuraban sus últimas opciones de clasificarse para la Europa League y llegarán a la última jornada vivos en esa pelea mientras que la Real no tendrá más objetivo que igualar la barrera de los 47 puntos para dar lustre a la despedida de Aranburu ante un Valencia que ayer se aseguró el tercer puesto.

Por mucho que Montanier quiso dar frescura a su equipo con las rotaciones, la Real jugó uno de sus partidos más espesos de la temporada. Con un mal partido de los cinco jugadores más defensivos, sobre todo los dos centrales y Gorka Elustondo, que permitieron a Osasuna disponer de media docena de ocasiones muy claras de gol sin necesidad de jugar bien.

Por contra, la Real no fue capaz de crear una clara ocasión en jugada en todo el partido y Montanier volvió a comprobar que cuantos más jugadores ofensivos alinea peor ataca su equipo porque se rompe y pierde el control del centro del campo. Es lo que le sucedió en la segunda parte, cuando podía hacer valer la frescura y los grandes recursos de los que disponía en el banquillo.

Pero en lugar de sustituir a Elustondo, que pocos segundos antes había merecido ver la segunda amarilla en su partido más desacertado de su buena temporada, dio entrada a Agirretxe y luego a Llorente en sustitución de Estrada para jugar con Prieto de lateral y el usurbildarra por delante, sin que ninguno de los dos supiera qué hacer en un hábitat desconocido.

Porque la Real no ataca mejor con más delanteros y porque Demidov y Elustondo se empeñaron en hacer internacionales a Ibrahima y Nino, Osasuna siempre estuvo más cerca del segundo gol que los blanquiazules del empate. Claudio Bravo volvió a ser el mejor del equipo y eso deja en evidencia el mal partido de una Real que esta vez no reaccionó bien ante las oportunidades que dio Montanier al conjunto de la plantilla.

Seis cambios en la Real

El normando volvió a cambiar a tres defensas y dio descanso en el partido menos indicado a Mikel González, cuya ausencia aprovechó Ibrahima para traer en jaque a los centrales realistas, que estuvieron desafortunados en todo el partido, sobre todo Demidov. Así un error del central noruego permitió a Álvaro Cejudo poner a Bravo en apuros con un remate raso en la primera ocasión del partido.

El cordobés volvió a intervenir en la jugada del gol de Ibrahima, al ceder el balón para que Marc Bertrán realizara el primero de los cuatro disparos en una misma jugada los rojillos, los otros tres fueron de Ibrahima, antes de adelantar a Osasuna. Que un equipo sea capaz de rematar cuatro veces en una misma acción deja en evidencia la predisposición defensiva del otro.

A partir de ahí la Real mejoró ligeramente y tuvo dos opciones a balón parado en remates de Vela y Elustondo, pero nunca se puso a la altura de Osasuna en la intensidad que exige un derbi. Los rojillos estuvieron mucho más concentrados y apenas sufrieron en defensa y solo les faltó más acierto para sentenciar el encuentro en las ocasiones de la segunda mitad, cuando tres errores de Elustondo y Demidov de los que no se pueden dar en un partido de Primera permitieron a Ibrahima y Nino disponer de claras opciones en las que no pudieron batir a un inspirado Bravo.

Para rescatar alguna jugada digna de mención de la Real hay que buscar un centro de Xabi Prieto que Andrés Fernández no supo blocar. Al perder el centro del campo tras prescindir de uno de los tres pivotes, los blanquiazules abusaron de los balones directos y en ese tipo de acciones Andrés Fernández y los centrales rojillos se encontraron cómodos. Griezmann fue el único de los tres cambios que aportó frescura al equipo, pero no fue suficiente para poner en aprietos a Osasuna.

Solo la escasa diferencia en el marcador mantuvo la emoción hasta el final, pero un cabezazo alto de Ansotegi fue todo lo que supo fabricar la Real en uno de los partidos más pobres de la temporada. Por contra, Osasuna estuvo en la línea de lo que ha sido habitual desde la llegada de Mendilibar. Volvió a mostrarse como un equipo muy incómodo que mantiene el orden y el rigor defensivo durante los noventa minutos y que concede muy pocas ocasiones. Y eso que ayer los rojillos tenían bajas importantes en defensa y en el primer tiempo perdieron a Lolo.

Pero jueguen los que jueguen siempre son difíciles de batir y más si el rival, como ayer la Real, no se pone a su altura en intensidad. Al final son las consecuencias lógicas de lo que le pasa a un equipo cuando consigue sus objetivos, que inconscientemente se relaja. No lo hizo en el Calderón, aunque tampoco jugara un partido de gran intensidad, pero ayer no estuvo a la altura de lo que exige un derbi.

Ganando en Santander, a Europa si pinchan Atlético o Levante

Osasuna ya ha cumplido su primer objetivo de fin de campaña: llegar con opciones europeas a la última jornada. Y aunque la clasificación engañe porque está octavo, las tiene, y bastantes. Todas pasan, lógicamente, por ganar en Santander, lo que no será fácil porque los rojillos solo han vencido dos partidos fuera en esta Liga y el Racing querrá dejar buen sabor en la despedida. Habrá que ver también qué grado de apoyo aporta la afición rojilla. Si Osasuna logra el triple, se iría a los 54 puntos y podría superar a tres de los equipos que tiene delante. Debe pasar a dos de ellos para ser equipos europeo. Uno lo tiene muy difícil de entrada: es el Mallorca, que visita el Bernabéu, un feudo inexpugnable aunque el Madrid no se juegue nada, ni siquiera ya el pichichi para Cristiano Ronaldo tras los cuatro goles de Messi ayer. Si el Mallorca no gana, faltaría por descartar otro equipo: Atlético o Levante. Este último recibe en Valencia al Athletic, que no se juega nada y se reservará para la final de Copa, lo que da ventaja a los granotas. Pero el Atlético visita a un Villarreal que no está salvado, por lo que puntuar estará muy caro (con un empate superan a Osasuna). A todo esto, si los rojiblancos ganaran antes en Bucarest, el partido les sobraría porque ya tendrían la plaza europea. R.S.

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