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Hockney: El paisaje en mil técnicas, colores y perspectivas

A partir de hoy y hasta el 30 de septiembre, puede visitarse, en el Museo Guggenheim de Bilbo «David Hockney: una visión más amplia». Compuesta por cerca de 200 obras elaboradas en diversas técnicas, la muestra tiene al paisaje y su transformación estacional como objeto. Es la primera gran exposición dedicada a Hockney en Euskal Herria.
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Alvaro HILARIO | BILBO

Ya está abierta al público la exposición «David Hockney: una visión más amplia». Esta es la primera gran muestra que se le dedica en el Estado español y ha contado, durante dos semanas, con la presencia del propio Hockney (Bradford, Inglaterra; 1937) en las tareas de instalación. El paisaje y su evolución a través de las cuatro estaciones son el objeto del trabajo y experimentación de Hockney, considerado el más importante pintor inglés en activo. La muestra se compone de cerca de 200 acuarelas, óleos, dibujos a carboncillo e impresiones de trabajos hechos en iPad y realizados, en su mayoría, en los últimos ocho años.

La muestra está dividida en cuatro partes: Paisajes recientes, La llegada de la primavera en Woldgate, El sermón de la montaña y Primeros paisajes. Además, hay oportunidad de ver los cuadernos de apuntes y dibujos de iPad, vídeos y -fiel al estudio de la naturaleza en permanente transformación- películas filmadas simultáneamente por nueve cámaras digitales y proyectadas en dieciocho pantallas. Tanto en este caso como en las pinturas, el espacio ampliado gracias a la retícula, siempre en busca de una visión más amplia y una perspectiva que nos traslade más allá, es uno de los denominadores comunes de la exposición.

Aunque el grueso de las obras expuestas está realizado en los últimos ocho años, no faltan otros paisajes que desde el más antiguo («Cruce de Bolton, Eccleshill», 1956), trazan una perspectiva histórica que pone de relieve tanto la evolución técnica y estilística de Hockney como la importancia del paisaje en el conjunto de su obra. Los paisajes del condado de Yorkshire, patria chica de David Hockney, son el objeto reflejado una y mil veces en las pinturas. Si Claude Monet pintó una serie de cuadros de la catedral de Rouen en diferentes momentos, con diferentes luces, Hockney toma diferentes lugares y motivos (el bosque de Woldgate, trigales, árboles, sendas, etcétera) que reproduce en las cuatro estaciones, atrapando la evolución de la naturaleza misma.

El tomar la naturaleza como objeto de trabajo, el colorido, las técnicas utilizadas son también elementos que unen la pintura de Hockney con el impresionismo decimonónico y, en ocasiones, con el expresionismo o la época arlesiana de Van Gogh En otras -como en la serie «La llegada de la primavera a Woldgate 2011»- el trazo del dibujo y los fuertes colores nos acercan al fauvismo de Matisse y Rousseau. Presidida por «Un mensaje más amplio» (2010), magnífico óleo de más de siete metros y realizado sobre treinta lienzos, está la sala dedicada a diversas variaciones hechas sobre un cuadro de Claudio de Lorena, «El sermón de la montaña» (1656). Estas obras conservan la composición de Lorena, pero varían la técnica y las visiones estilísticas.

Junto a ellas, cinco paisajes recientes de Yosemite de grandes dimensiones (365 x 274 cm). Estos son impresiones en papel de dibujos realizados en su iPad, al que el mismo artista definió ayer «como un papel sin fin» y que sustituye a su cuaderno de notas o sus borradores. La calidad y luminosidad de la impresión las empareja, sin problema, con acuarelas y óleos.

SORPRENDENTE

Las interpretaciones que hace de la obra de Claudio de Lorena «El sermón de la montaña» (1656), acompañadas de impresiones de gran tamaño (366 x 274 cm) de dibujos hechos con iPad en Yosemite, componen una de las salas más sorprendentes.

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