Periko Solabarria, Isidoro Galán, Iñaki O'Shea Amigos de Mariano González Mangada
Amigo Mariano, cartagenero vasco
Perdimos a un amigo, un vasco cartagenero. Y parte de sus cenizas las echamos en Urbina donde también reposan las de Blanki e Iñaki
Amigo Mariano González Mangada, cartagenero vasco, en el 16 aniversario Euskal Herria te recuerda con admiración y cariño. Te recordamos desde Euskal Herria todas las gentes que bebimos de tu vaso, aliento, fortaleza y tu presencia anualmente en Herrera de la Mancha... En aquellas marchas en autobús interminables... Fuiste aliento, amigo, confidente, mano, pies... No faltabas ningún año a la marcha... Venías desde Cartagena-solidaria.
En tu mochila llevabas abrazos, besos y posada para todos los familiares que llegaban al sur para visitar a sus familiares. Fuiste mano abierta, corazón generoso, militante del pueblo, trabajador incansable, asilo de nuestro pueblo en las aguas del Mediterráneo.
Mariano, hombre solidario curtido en la pobreza, vocación de militante identificado con la lucha del pueblo vasco... y de su pueblo cartagenero.
Murió el 17 de mayo de 1996 producto de un cúmulo de irresponsabilidades médicas: no hay mayor perversidad que aplicar a las operaciones el concepto de productividad capitalista.
Hace 16 años te fuiste con alas de brisa mediterránea al encuentro de los trabajadores y trabajadoras con los que compartiste vida, salud y trabajo, y al encuentro de tantos militantes vascos caídos en la lucha por la libertad.
Perdimos un amigo, un vasco cartagenero. Y parte de sus cenizas las echamos un domingo de agosto en Araba, en Urbina, donde también reposan las cenizas de Blanki y su hijo Iñaki asesinado por la Guardia Civil.
Mariano era ingeniero de carrera, teólogo, sacerdote, trabajador de la construcción por voluntad. Durante un tiempo fue librero. Supo de la oscuridad de una celda carcelaria y de sus cerrojos rabiosos. Escribió «Epígrafe de librero» y su último libro «Fábulas del entre-tiempo», que firmó con seudónimo: «Cuervo ingenuo».
Mariano, amigo que es inolvidable, pintaste nuestro cielo de Euskal Herria de astros de recuerdos, de lucha, de luces, de amistad, de silencios clamorosos, de denuncias, de protestas ante la tortura... Y sabemos Mariano que sigues con nosotros, con los débiles, con la gente perseguida.
Mariano, vives en algún pájaro porque oímos tus gorjeos suaves, sonoros, acompañando las mañanas y de tantas presas y presos amigos tuyos a los que llevabas en tu corazón.
Y si nos preguntáis ¿dónde encontraremos a Mariano?. Mirad aquí, en esta poesía que escribió en 1984:
«Vive lejos muy lejos del «Dios-Incienso-Vaticano-Bankero»/ y del hombre sentado sobre otros satisfecho./ Buscarlo calle abajo preguntando/ por el hombre común corriente que siempre quiso ser/ y ojalá que lo consiga».