ASAMBLEA DE ACCIONISTAS DE LA INFORMACIÓN S.A.
El vetusto club de la élite navarra sufre achaques
Esta tarde se celebra una junta de accionistas del Grupo La Información, dueño de "Diario de Navarra". El Consejo se enfrenta a una situación difícil a la que ha sido arrastrado por una serie de inversiones fallidas, pero también por la decadencia de su encorsetada estructura interna, pensada para el control ideológico.
Aritz INTXUSTA
La cita es a las 19:00 horas en el hotel Iruña Park y a puerta cerrada. Para entrar, hace falta ser poseedor de, al menos, 18 acciones del La Información S.A. cuyo coste de mercado actualmente es de 595 euros cada una, bastante menos que hace cinco años. Se trata de una junta ordinaria, con reparto de dividendos, pero la convocatoria va más allá, puesto que el Consejo de Administración propone poner patas arriba los actuales estatutos de la sociedad anónima y tocar un tercio de los artículos. Las modificaciones afectan a las draconianas fórmulas de transacción de acciones, al poder del Consejo de Administración y su capacidad de inspección. También al reparto de dividendos. Se prevén enfrentamientos entre tres o más sectores.
El accionariado de La Información está pensado para ser un grupo elitista y selecto, un poder en la sombra. El Consejo de Administración y los estatutos de la sociedad velan para que ninguna acción caiga en malas manos. Por ejemplo, es requisito imprescindible «tener la vecindad foral navarra, haberla tenido con anterioridad o ser descendiente por línea directa de quien hubiese tenido dicha condición civil». Las acciones se prepararon para quedarse en un cerrado grupo de familias. Los titulos solo se pueden transmitir por consanguinidad. No hay condiciones de padres a hijos o entre hermanos, pero ya en el caso de que sean sobrinos, únicamente se pueden vender o regalar si el sobrino es ya accionista. De no cumplirse con esto, el Consejo de Adminstración tiene el poder de adquirlas para sí mismo, invirtiendo en autocartera. La alteración del artículo que regula esto (el XI en los estatutos) será uno de los nudos gordianos de la reunión.
La Información podía permitirse esta rígida y vetusta normativa gracias a que «Diario de Navarra» es una máquina de hacer dinero y, también, el medio navarro más influyente. A fin de cuentas, el accionariado de La Información era el club en el que todo navarro con aspiraciones codiciaba entrar. Pero esto ha empezado a cambiar. Los réditos que deja el periódico ya no dan unos dividendos tan suculentos tras una serie de inversiones mal escogidas. Además, La Información no se ha mantenido incólume en el tiempo. Es una sociedad anónima demasiado antigua como para continuar en poder de un puñado de familias. Las herencias y las transmisiones que se han sucedido desde su fundación en 1903 han acabado por generar unos 800 pequeños accionistas (de 56 impulsores iniciales), por lo que hay menos que repartir entre muchas más personas y empieza a ser más difícil (y caro) contentarlas a todas.
«Diario de Navarra» sigue siendo un periódico solvente y rentable, pero el Consejo de Administración es responsable de inversiones que han acabado en un fracaso estrepitoso. Ha puesto su dinero en una Sicav, tampoco le ha ido bien con su proyecto de Cofor Navarra S.L. y ha gastado demasiado dinero en la autocartera, movido por su afán de evitar que los títulos acabaran en personas no gratas. Sin embargo, donde han metido la pata de verdad ha sido con su operación con Vocento. En 2008, La Información compró más de un millón de acciones del Grupo Vocento (el editor de «El Correo» y «El Diario Vasco») a más de 13 euros cada una. El Consejo de Administración justifica la inversión, porque les valió un asiento entre los mandamases del grupo, pero en realidad, fue un fiasco. Las acciones se han desplomado en un 86% de su valor. Y lo peor es que esta operación se hizo a crédito. La Información solicitó a Caja Navarra un préstamo de 16,2 millones de euros y, durante cuatro años, ha pagado únicamente los intereses (a razón de 1.022.000 euros durante cuatro años). La aventura les ha supuesto pérdidas por valor de 17,8 millones de euros (sumando la devaluación de las acciones a los más de cuatro millones de intereses). Según la información a la que ha tenido acceso GARA, La Información avaló el crédito con activos de la sociedad y, ahora mismo, el patrimonio neto de La Información S.A. rondaría los 15 millones.
Puertas giratorias, CAN y La Información
No es extraño que La Información trabaje con la CAN, aunque también tiene préstamos con otras entidades bancarias. Los vínculos entre las familias más poderosas de la sociedad dueña de «Diario de Navarra» y Caja Navarra asoman por doquier. Basta recordar que el ex director de la Caja, Juan Luis Uranga, y el ex director de «Diario de Navarra», José Javier Uranga, son hermanos. Este tipo de vinculaciones no son agua pasada, pues en el actual Consejo de Administración de La Información figura Alfonso Bañón Irujo y su hermano Álvaro Bañón ocupó cargos de peso en Caja Navarra.
Tras pagar los intereses, llega la temida hora de amortizar y, probablemente, se vean abocados a refinanciar su deuda. En este sentido cabe remarcar que, ahora mismo, las familias de bien de Nafarroa podrían no contar con el mismo poder dentro de la Caja, puesto que ha sido absorbida por Caixabank. Habrá que ver cómo se comporta el nuevo acreedor, cuya irrupción supone una variable importante para el club, cuando no una amenaza de que los accionistas de siempre pueden perder el control del periódico.
El desplome de las acciones de Vocento no es la única inversión que no ha dado el resultado esperado. En realidad, La Información se enfrenta a créditos que ascienden a 22,15 millones. El diario en sí ha obtenido beneficios de seis millones de euros anuales los últimos años -ahora han bajado, pero sigue con músculo-, pero La Información ha diversificado en otras empresas (Brandok, EGN, MyNews, Radio Navarra, Kinetical, Iogenia Digital y Linc) cuyo resultado no es tan boyante. Fuentes conocedoras de lo que ocurre dentro del grupo, apuntan al director general de La Información, Luis Colina, como el responsable de algunas operaciones de dudoso éxito, como la referida a la adquisición de los locales para una segunda rotativa, en Tutera, un proyecto estancado. Aun así, una rotativa se antoja como una necesidad real y cuesta alrededor de 15 millones.
Parte del accionariado cuestiona a quienes hoy en día tienen el mando. Es difícil guiarse por los apellidos, puesto que ciento diez años después ya hay demasiados Irujos, Arraizas o Urangas como para que todos remen al unísono. La capacidad para retener las acciones recurriendo a la autocartera está al límite legal y hace poco se «coló» alguna persona vetada. Para mantener el actual equilibrio de poder es necesario contentar a muchos pequeños accionistas y la forma más rápida es aumentar los dividendos. Existe un estudio firmado por CCOO que dice que el excesivo reparto de dividendos entre los socios es el gran problema del grupo. Pese a todo, hasta ahora han preferido exprimir los beneficios del «Diario de Navarra» a costa de recortar los derechos de los trabajadores. Se quedaron con dos millones de euros del fondo de pensiones de los empleados amenazando con 37 despidos. Con ese fondo están pagando prejubilaciones.