Ante la oleada de recortes provenientes de Madrid, EA, Aralar y la izquierda abertzale rechazaron ayer en Iruñea la aplicación de las mismas en Nafarroa. Miren Aranoa (EA), Asun Fernández de Garaialde (Aralar) y Txelui Moreno (izquierda abertzale) abogaron por hacer uso del autogobierno y del «pase foral» para esquivar los ajustes del Ejecutivo de Mariano Rajoy.

Los representantes de las formaciones abertzales en Nafarroa consideraron que el «seguidismo» de los planes del PP van a llevar al herrialde al «abismo». Añadieron que con las medidas acordadas por el tándem UPN-PSN, socios en el Gobierno navarro, «no existe» salida a la crisis.

Ante este panorama, defendieron una alternativa planteada desde la izquierda, «endógena» y «antagónica» a la de PP, UPN y PSN. Subrayaron asimismo, que la soberanía política y económica deben ser la base de esa alternativa.

En su opinión, los ajustes planteados por el Gobierno navarro, con el apoyo del PPN, utilizan la crisis «como tapadera de una ofensiva ideológica para ocultar el recorte de libertades y derechos sociales, laborales y políticos que tanto sudor y lucha costó conseguir».

Emplazamiento al PSN

Moreno hizo un emplazamiento directo al PSN, partido que consideró que se ha «desmoronado como castillo de arena en marea alta», y señaló que el desarrollo de una alternativa a la situación actual está en sus manos. Según Moreno, el PSN «tiene un verdadero problema» por posicionarse en contra de los recortes y luego aplicarlos. «Si el PSN se aclara y verdaderamente está en contra de los recortes hay una mayoría en Parlamento para que en Navarra no se apliquen», recalcó.

Moreno hizo hincapié en que los ajustes propuestos por el Gobierno de Yolanda Barcina son «injustos» y citó como ejemplo la subida de los carburantes, puesto que «afectará al bolsillo de los ciudadanos sin tener en cuenta su nivel de renta».

También las consideró «engañosas» porque a su juicio el aumento de las horas del funcionariado, por ejemplo, «conlleva la renovación de miles de contrato y con ello la inexorable degradación de servicios públicos como la sanidad, la educación o los servicios sociales». Por todo ello, reiteró un modelo soberano que ponga la economía al servicio de los ciudadanos.