Aún faltan por dar pasos importantes, por eso, hoy, Día Internacional contra la Homofobia y Transfobia, es una jornada para la reflexión pero también para la reivindicación. Entre ellas, que de la misma manera que la homosexualidad salió de las listas de enfermedades mentales aquel 17 de mayo de 1990, la transexualidad salga de los manuales de siquiatría lo antes posible.

En una comparecencia ofrecida en Donostia, las asociaciones Gehitu y Errespetuz pusieron ayer el acento en los gobiernos de intolerancia extrema, o en los lugares donde las religiones siguen ostentando mucho poder, punto en el que mencionaron la influencia social que tiene la Conferencia Episcopal Española. «Una institución que en lugar de fomentar los valores de la integración y la convivencia, siembra el miedo, el rechazo y el odio , tratando de perpetuar la homofobia», opinaron.

Aunque reconocieron que se han adoptado medidas legales que amparan derechos básicos como el matrimonio entre personas del mismo sexo, o la adopción por parte de personas homosexuales, reconocieron que «los prejuicios son difíciles de erradicar y que en nuestra sociedad la homofobia subyace de forma más o menos velada».

Para detectar o evitar este tipo de conductas, Gehitu viene realizando de forma sistemática desde 2007 intervenciones en centros educativos de Gipuzkoa tanto con profesorado como con alumnado de entre 14 y 18 años. Esta información se analiza y se recoge después en un estudio anual. El último, en el que han participado 609 estudiantes, lo presentaron ayer, y en él se han recopilado las respuestas y las variaciones que se han dado en los últimos años.