El PNV confirma que mantendrá su respaldo a la estación de Atotxa
El PNV mantendrá su respaldo a la estación de autobuses de Atotxa. De este modo, salvo inesperada voltereta, el Gobierno municipal donostiarra no contará en el Pleno del próximo día 30 con los votos necesarios para sacar adelante su apuesta por Riberas de Loiola.
Imanol INTZIARTE | DONOSTIA
El culebrón de dos décadas en torno a la ubicación de la nueva estación de autobuses de Donostia está a punto de cerrar otro capítulo. El próximo día 30 el Pleno elegirá entre las dos propuestas que hay sobre la mesa: Atotxa y Riberas de Loiola.
Todo apunta a que el Gobierno municipal se quedará en minoría en la defensa de esta última opción, habida cuenta de que ayer el PNV fijó su posición definitiva en pro de Atotxa. Eneko Goia, portavoz jeltzale, matizó que «no hay ubicación perfecta» y que ambas cuentan con sus pros y sus contras.
Desde esa premisa, recordó que durante la legislatura anterior se aprobó el proyecto de Atotxa, que incluso ya se había adjudicado, y remarcó la importancia de «respetar las decisiones que ya han sido adoptadas» porque «embarcarnos en un cuestionamiento permanente de los proyectos solo nos conduce a la parálisis».
La opción de Riberas -planteada ya hace unos años- fue recuperada por el Gobierno de Bildu con el respaldo inicial del PP, que luego abandonó ese barco. El propio alcalde subrayó ayer que «el PP tiene un problemón, porque comparte proyectos como Riberas pero tiene órdenes de Madrid de castigar a Bildu. Votará contra un proyecto que llevaba en su programa».
Para el PNV, el hecho de que Atotxa tenga garantizada la parada del TAV ha sido uno de los factores más determinantes, tal y como reconoció el propio Goia. Entre los «peros» de Atotxa están su falta de conexión con EuskoTren y el riesgo de colapso que supone añadir más tráfico en el paseo de Bizkaia y el paseo Federico García Lorca.
Informe de impacto ambiental
En caso de retomar Atotxa, el Gobierno municipal analiza la posibilidad de requerir un informe de impacto medioambiental -sobre todo por su cercanía al Urumea-, del que hasta ahora este proyecto carece.
Ante tal posibilidad, que circula oficiosamente por los pasillos de Igentea, el portavoz del PSE, Ernesto Gasco, manifestó que «si Bildu sigue torpedeando la estación de autobuses de Atotxa pensaremos una moción de censura». No es la primera vez que el PSE plantea esta alternativa, para la cual contaría con el apoyo del PP. Pero hasta la fecha el PNV siempre se ha negado.
Se cumplen hoy doce meses desde que, rompiendo todos los pronósticos, la lista que encabezaba Juan Karlos Izagirre superaba en votos a la de Odón Elorza. Con este motivo, el alcalde, acompañado por los ediles Josu Ruiz y Nora Galparsoro, compareció ayer para hacer balance de «un año duro y difícil, pero somos optimistas».
Izagirre destacó la implicación del Ayuntamiento en «el proceso de normalización» de Euskal Herria, con la celebración de la Conferencia de Aiete como hito más destacado. En cuanto al ámbito local, subrayó la apertura de procesos de participación ciudadana, los esfuerzos para la activación económica y del empleo -con el plan de inversiones pactado con el PNV como último exponente-, el impulso al euskara y a la cultura -Tabakalera y 2016-, la apuesta por la urbanización de Txomin y la elaboración de un censo de vivienda vacía o la capacidad para alcanzar acuerdos con el resto de formaciones, a pesar de que «han funcionado muchas veces como una coalición». El primer edil reclamó «respeto institucional» y denunció que «administraciones autonómicas y estatales están castigando a Donostia porque gobierna Bildu». I.I.
