Centenares de supervivientes del terremoto que tambaleó la región de Ferrara, en el noroeste de Italia, pasaron su primera noche tras el terremoto en refugios improvisados o en sus coches, aparcados en zonas públicas. Veinticuatro réplicas azotaron de nuevo la zona, 4 de ellas por encima de la magnitud 3.

La mayoría de las réplicas se produjeron en el área de Mirandola, San Felice y Emilia Finales, la más afectada por el terremoto que el domingo causó la muerte de seis personas y cincuenta heridos.

También causó grandes daños en la riqueza del patrimonio regional, de acuerdo con el Ministerio de Cultura.

Más de un centenar de personas pasaron la noche en el gimnasio de San Agustín, cerca de Ferrara, donde Defensa Civil dispuso docenas de camas, sillas y mesas.

Otros se instalaron en tiendas de campaña gigantes de la Cruz Roja y muchas personas trataron de dormir en sus coches, aparcados en los aparcamientos de los supermercados y lugares públicos, lejos de cualquier edificio, por temor a que las paredes se derrumbaran.

Después del fuerte viento y la lluvia que cayó durante toda la noche, el clima se calmó un poco por la mañana, aunque continuó diluviando.

Las escuelas de la zona permanecieron cerradas para permitir realizar el control técnico de seguridad de los edificios, antes de retomar la normalidad.

Mario Monti anticipó su regreso de la Cumbre de la OTAN tras los sucesos.