Entrenando bajo la lluvia. Así transcurrió la sesión preparatoria de ayer en Lezama, con agua, viento y frío, bajo la castrense mirada de Marcelo Bielsa y por más de dos horas. Al final, con los teóricos suplentes ya en los vestuarios, los presumibles titulares del viernes -con Herrera e Iturraspe ausentes por una inoportuna gripe que no evitará su concurso en la final, pero con Ibai Gómez como agradable sorpresa-, prosiguieron sobre el césped con los ya habituales movimientos tácticos y bajo un incesante aguacero. Lo diría poco después Fernando Llorente en el marco de la jornada de puertas abiertas a los medios de comunicación, con la presencia de numerosos jugadores: «Bielsa nos está apretando más allá de nuestros límites y eso nos hace ponernos en un estado de forma bueno para afrontar bien el partido».

Precisamente dos son los ejes sobre los que está pivotando la preparación previa al 25: un curso acelerado de veteranía sobre cómo afrontar una final y una atemporal pretemporada de dos semanas para llegar a punto a este viernes. Sobre lo uno y lo otro hablaron ayer los leones, como el alavés De Marcos que reconoció que «llegamos con más tranquilidad, sin la gente tan encima; quizá en Bucarest nos pudo esa presión, pero hemos aprendido». Su compañero Ibai Gómez admitía que «tenemos que aprender de la final de hace unos días», al tiempo que confiaba en que haber jugado ya un partido de ese nivel «nos va venir bien» para afrontar este.

El propio Fernando Llorente subrayaba en esa misma línea que «tenemos que intentar salir más tranquilos, no tan nerviosos y no precipitarnos en los pases porque todas las pérdidas de balón nos hacen daño». El capitán Andoni Iraola habló de que tendrán «menos presión», pero quizá el más ilustrativo de todos fue Markel Susaeta, quien confesó que «claro que se sueña con la gabarra, pero la otra vez se veía también cerca y mira lo que pasó. Así que ahora hay que ir suave».

Por sus palabras parece que la lección está aprendida y que como bien apuntó Llorente «hay que salir sin tanta responsabilidad y saltar al campo como si no hiciera mucho tiempo que se ganó un título». Las sensaciones transmitidas por el de Rincón de Soto son buenas, según dijo, por mucho que ayer su semblante serio pudiera atisbar más bien preocupación. Él, sobre todo, se juega mucho a nivel personal; es en partidos así donde los grandes jugadores desequilibran partidos, como lo hizo Falcao en Bucarest o Drogba en Munich. «Soñar con el gol de la victoria es algo maravilloso y es lo que buscaremos entre todos», confesó. Como sueña con tener protagonismo Ibai Gómez, que en 2009 vio el partido en la grada de Mestalla y ahora nadie duda que tendrá sus opciones sobre el césped del Calderón.

«¿En el once inicial? No es cosa mía, si se sale de inicio a aportar lo máximo, para eso trabajo», decía el de Santutxu, que defendía la idea de que «tenemos que ir a ganar». Para ello han dispuesto de dos semanas en las que ponerse a punto. Y todo apunta a que los jugadores llegan con esas sensaciones. «Físicamente estamos descansados, vamos a llegar muy bien a la final», aventuró un Óscar De Marcos que en 2009 estaba envuelto en el descenso de categoría del Deportivo Alavés y tres años más tarde se juega un título de Copa. «Sabemos contra quién jugamos, pero estamos convencidos de que podemos ganarla», dijo seguro.

También Llorente siente que el viernes estarán en condiciones de dar el máximo. «Me preocupa que en los últimos partidos no hayamos mostrado nuestra mejor versión, pero nos queda gasolina aún y estamos entrenando para llegar en el mejor momento». Según el `9', «las sensaciones son muy buenas, estamos trabajando a una intensidad muy alta y el equipo está respondiendo bien».

La plantilla del Athletic está conjurada. «Vamos a salir a por todas porque más ganas que nosotros de ganar no tiene nadie», sentenció el joven Jon Aurtenetxe. Palabras que reflejan el sentir del vídeo que ayer distribuyó el club, donde los jugadores lanzan frases como «¡protemetemos el esfuerzo, prometemos la ilusión!», «dejarlo todo por vosotros» o «saltar más alto».