Una mujer muere apuñalada en Deustua en otra agresión sexista
Una mujer de 42 años se convirtió ayer en la última víctima de la violencia machista después de que fuera apuñalada sobre las 14.30 por un vecino del portal donde residía en el barrio bilbaino de Deustua. El agresor, con numerosas denuncias por ataques a mujeres, se ensañó con la fallecida hasta que estuvo muerta. Desde el movimiento feminista denunciaron que las instituciones hubieran permitido «campar a sus anchas» a este hombre «muy agresivo».
Agustín GOIKOETXEA |
La plaza San Pedro de Deustua será hoy escenario, a partir de las 19.30, de una concentración de protesta convocada por el grupo de jóvenes feministas Pare, a la que se ha sumado el conjunto de los colectivos de mujeres de Bilbo, para denunciar esta nueva agresión sexista mortal, descartando que fuera consecuencia de una «riña vecinal».
Será la primera protesta formal después de la indignación que recorrió desde primera hora de la tarde las calles deustuarras, donde el agresor -R.H., de 37 años- era conocido por su actitud violenta hacia las mujeres, especialmente hacia las residentes en el número 42 de la calle Ramón y Cajal, donde residía él y su víctima. Precisamente el apuñalamiento se produjo frente al portal, donde, según relataron vecinos, al menos una docena de viviendas habían ido cambiando de moradores a raíz de los ataques de ese varón.
«Las tenía aterrorizadas. Algunas, cada vez que le veían, salían corriendo a esconderse en sus casas. Además de los comentarios sexistas, siempre estaba con el `que te voy a matar' en los labios. Muchos no saben lo que han sufrido aquí muchas vecinas», explicaba una persona, a escasos metros del cordón establecido por la Ertzaintza en la calle donde ocurrieron los hechos y cuyos vecinos estaban conmocionados con lo presenciado, algunos de ellos desde las ventanas de sus viviendas.
A media tarde, el Departamento de Interior informó de que el detenido tiene tres detenciones anteriores: una por amenazas, otra por lesiones con arma blanca y una tercera por otro delito de lesiones. También había sido imputado en otras cinco ocasiones por amenazas, daños en puertas o cerraduras, agresiones, insultos y violencia familiar. En una de las últimas denuncias, en 2011, amenazó y causó daños en las puertas de los vecinos y tapó con silicona varias cerraduras.
Tal era la situación que vivían los residentes en ese edificio, que habían recogido firmas para tratar de que se dictase una orden de alejamiento contra él, además de las once denuncias formuladas ante la Policía. El hombre, descrito por varios vecinos como «muy agresivo y con trastornos mentales», tenía aterrorizados al resto de habitantes del inmueble, especialmente a todas las mujeres con las que se ensañaba. Según ha podido saber GARA, su madre se encargaba de suministrarle alimentos y atenderle, aunque no residía con él ya que mantenía una actitud agresiva hasta con su hermana, razón por la que no convivía con ellos. Otros familiares le rehuían por su actitud.
Ensañamiento
Los «encontronazos» con las vecinas eran continuos y era muy conocido ya que su familia vivía «de toda la vida» en ese portal de la parte alta de Deustua. La víctima residía en el segundo piso, su agresor en el primero, pero el brutal apuñalamiento «con ensañamiento», según relataron algunos testigos, se produjo frente al portal, entre dos vehículos, donde acorraló a la mujer y no paró hasta matarla.
Los gritos de los vecinos no sirvieron para nada, una vez que acabó con la vida de la mujer «tranquilamente» se introdujo en el inmueble y subió a su vivienda, donde fue localizado por ertzainas. Mientras, en la calle yacía el cadáver de la mujer, que al parecer llevaba residiendo en esa vivienda desde hacia aproximadamente año y medio. Su cuerpo sin vida fue levantado por la jueza en torno a las 17.30 para ser trasladado al Instituto Anatómico Forense, donde se le realizará la autopsia.
La rabia y la indignación eran palpables en Deustua, donde se quejaban de la «pasividad» policial e institucional.
Hoy, a las 19.30, en la plaza San Pedro, habrá una concentración de protesta convocada por el grupo de jóvenes feministas Pare, al que se han sumado otros colectivos de mujeres de Bilbo, que critican la «pasividad» policial e institucional.