El facherío español y sus medios de comunicación continuaron ayer intentando caldear el ambiente en las horas previas al partido entre el Athletic y el Barça en Madrid. Con la economía hecha unos zorros, la Justicia (Tribunal Constitucional, CGPJ...) a tortas, la Corona más desprestigiada, aun, que nunca, el gran problema de su España resulta que son las aficionadas y aficionados vascos y catalanes que acudieron ayer a Madrid a ver la final de la Copa. El más ostentoso fue «La Gaceta», cuyas portada y contraportada eran ocupadas totalmente por la partitura del himno español, encabezado por un titular que, al contrario que el himno, más que de silbar daba ganas de reír: «Dos históricos españoles juegan hoy la copa del Rey». También «Abc» y varios de sus columnistas insistían y esperaban a los bárbaros más ansiosos que los romanos del poema de Kavafis. El de Vocento anunciaba además que en su web se podría seguir el ambiente en torno al partido, pues «ABC.es se suma a la fiesta del fútbol español». ¿También a la pitada?

«El Mundo» dedicaba igualmente amplio espacio al partido de ayer, pero avisaba de otro peligro inminente, asegurando que «Amaiur `ataca' ahora desde el Congreso con su campaña sobre `Navarra 1512'». Una se imaginaba a los diputados de Amaiur parapetados en una ventana del Congreso, lanzando libros de Historia a los transeúntes, y más al comenzar a leer la información-descalificación: «Amaiur ataca de nuevo con su campaña pseudohistórica en torno al V Centenario de la conquista de Navarra por las tropas castellanas, en 1512. Esta vez desde el corazón mismo de la soberanía nacional española». Es decir, desde el Congreso, no desde el estadio Santiago Bernabeu, ¿eh? Bien, pues el «ataque» de Amaiur consiste en «dar publicidad al relato justificativo de su larga, y hasta hace poco violenta, lucha por la independencia». Sin embargo, esa campaña, «según vienen denunciando fuentes policiales, está inspirada por el aún vivo entramado terrorista», aunque «La mesa del Congreso no encontró el pasado martes ninguna objeción reglamentaria a la autorización de lo que, según la solicitud, pretende la `celebración de una jornada sobre Navarra 1512-2012'». Entonces, ¿a qué viene tanta melonada? Claro, según el manual de la democracia a la manera pedrojotesca, la mesa tenía que haber puesto objeciones.