Los periodistas hondureños celebraron ayer su día con protestas en todo el país para defender la libertad de expresión y exigir el fin de la violencia, que desde enero de 2010 se ha cobrado la vida de 23 periodistas, convirtiendo a Honduras en uno de los países más peligrosos para ejercer esta profesión. Vestidos con camisetas de color amarillo, enviaron un mensaje al Gobierno y a los autores de estas muertes: «No se mata la verdad matando periodistas».

La marcha en la capital comenzó frente al Monumento Paz y Esperanza,«un sitio simbólico de lo que anhela en este momento la sociedad hondureña, es decir paz y esperanza frente a un clima de inseguridad y frente a la inoperancia de los operadores de justicia y del mismo Gobierno», denunció Dagoberto Rodríguez, de la junta directiva del Colegio de Periodistas (CPH) .

A modo de protesta, también rechazaron los habituales premios que otorga el Gobierno con motivo de este día, mientras que el CPH suspendió la entrega del premio Álvaro Contreras. El jueves, decenas de periodistas realizaron una vigilia en Tegucigalpa, en la que, tras nombrar a todos los compañeros muertos, encendieron una vela por cada uno de ellos.