Editorial 2012/5/24
UE: división y alternativas
Lajornada
(...) Según puede verse, de poco o nada ha servido la política de recortes presupuestarios, destrucción de derechos sociales, demolición de los servicios de educación, salud y vivienda que la UE ha venido imponiendo, por influencia directa de Angela Merkel, en naciones en problemas, como Grecia y España. En el primero de esos países, las medidas de austeridad dictaminadas por la troika europea han tenido el efecto de convertir una crisis económica en política y de gobernabilidad (...). En el caso de España, los programas de ajuste adoptados en los pasados meses del gobierno de Rodríguez Zapatero y los primeros del régimen de Mariano Rajoy no han podido impedir una fuga masiva de capital extranjero, que en el primer trimestre de este año superó 61 mil millones de euros; no han bastado para cancelar la perspectiva de una debacle económica de ese país -que tendría, a no dudarlo, consecuencias desastrosas para el viejo continente- (...).
Ante esta perspectiva, por contradictorio que parezca, la falta de unanimidad expresada ayer entre los gobiernos del viejo continente, y en particular entre los de las dos mayores economías de la eurozona, constituye un elemento esperanzador en la medida en que pone de manifiesto una visión alternativa a las recetas draconianas que Bruselas ha preconizado en los últimos meses y un reconocimiento, así sea por una minoría de los régimenes, de que la superación de la crisis debe dejar de cifrarse en las políticas restrictivas y en la tranquilidad de los grandes capitales y centrarse en acciones de reactivación económica y en el rescate de las poblaciones. Cabe esperar que esas posturas sean escuchadas y valoradas con seriedad por el conjunto de líderes europeos, y que éstos entiendan que lo que está en juego es nada menos que la viabilidad de sus propias naciones y, por extensión, de la economía mundial.