GARA > Idatzia > Mundua

Dabid LAZKANOITURBURU Periodista

Historias de la calle Bruselas número 13

Un alemán va al banco a pedir un crédito y se lo dan a un interés de casi el 0%. Su negocio va bien y la única y lejana preocupación es que los vecinos puedan seguir comprando en su tienda.

Pero se niega a que algunos sigan haciéndolo a cuenta, y les exige que se aprieten el cinturón en casa.

El español, con toda su familia en paro, tiene que acudir al banco y le exigen unos intereses leoninos (un 6%). En su día dilapidó en saraos los vales, gratis, que le regaló el alemán. Ahora, con la ruina en puertas, implora al alemán que interceda por él ante el banco. Aduce para ello que ya ha dejado a pan y agua a toda su familia. Es un alumno ejemplar.

El francés, que ya ve las recortadas barbas del vecino, propone que vayan todos juntos al banco y pidan un crédito a medias. Así, el alemán y el español pagarán cada uno un 3%. El tendero teutón sonríe: «Nein, danke».

Alemán, francés y español sí están de acuerdo en una cosa. La culpa es de la familia del griego, que quiere mandar a este de casa por haberles dejado en la ruina devorando, para él solito, lo que le fiaban en la tienda.

«O volvéis a admitir al griego o os echamos», les amenazan. Dos familiares, un hombre de 60 años y su madre de 90, se lanzan desde el tejado al vacío, cogidos de la mano.

NOTA: No es el tebeo «13, Rue del Percebe» pese a sus estrafalarios protagonistas, que personifican a los gobiernos. Las familias y su sufrimiento, en cambio, son desgraciadamente reales. El griego se llamaba Antonis Perris. Cuidaba de su madre desde hace 20 años. Hace tres le diagnosticaron alzheimer. Estaba sin blanca y ninguna residencia había accedido a acogerla.