Derrota del Caja Laboral Baskonia en semifinales de la Liga ACB
El Baskonia deja irse vivo al rival
Los hombres de Dusko Ivanovic llevaron el control del ritmo durante 15 minutos, llegando a irse 15-23. Cuando el Real Madrid se hizo con el rebote y acertó a correr, con Llull, Velickovic y Suárez estelares, se escapó pese a la resistencia de Nemanja Bjelica y Teletovic.
REAL MADRID 73
CAJA LABORAL BASKONIA 64
Arnaitz GORRITI
La derrota de ayer del Caja Laboral Baskonia ante el Real Madrid resultó especialmente dolorosa. La escuadra gasteiztarra dejó escapar vivo a un rival que bailó a su son durante 15 minutos, pero que después pudo rehacerse para acabar empatando la serie con cierta solvencia.
De un modo u otro, se echó en falta a Nocioni, sobre todo por su fortaleza reboteadora, batalla en la que los de Ivanovic naufragaron sin remisión. Asimismo, esa falta de rebote hizo que el Real Madrid corriera, y a la carrera Llull -25 de valoración, con 16 puntos- entrara en la eliminatoria, mientras que Suárez y Velickovic -especialmente el serbio- hicieron un roto en el juego estático. De nada sirvió la numantina resistencia liderada por Nemanja Bjelica y un Teletovic que recuperó su acierto.
El Baskonia marcó la pauta los primeros 15 minutos. Jugando con un ritmo pausado, pagando con personales los intentos de correr de los merengues, los de Ivanovic llevaron el control del duelo en su arranque. La defensa empantanaba el juego en estático de los de Laso, mientras que entre Nemanja Bjelica y Oleson se abrían las primeras rentas. Incluso la suerte estaba con los gasteiztarras, como se vio en los tiros libres errados por los madridistas y un aro pasado anotado por Teletovic después de que el balón golpeara el canto del tablero. Tras el 13-20 del primer cuarto, el tercer triple de Oleson abrió la máxima renta baskonista: 15-23.
Empieza el descontrol
Pero Prigioni, Heurtel y los dos Bjelica se cargaron de faltas, y con la entrada de Heurtel el partido se descontroló. Los de Ivanovic comenzaron a lanzar con incomprensibles prisas, y el Real Madrid, sobre todo gracias a Reyes, empezó a dominar el rebote, mientras que Carroll lograba zafarse de Ribas.
Sin rebote, y cediendo segundos -y terceros- esfuerzos que al final acaban por suponer puntos, amén de tiros libres, los de Pablo Laso limaron su desventaja hasta el punto de adelantarse 31-29 al filo del descanso. Una mala jugada de Heurtel, corregida por Nemanja Bjelica con rebote y canasta dejó el partido empatado a 31 al descanso. En la marcha a los vestuarios, los baskonistas torcían el morro, sobre todo un Pablo Prigioni que se quejaba a los colegiados de que «solo le pitaron una falta» al Real Madrid en todo el segundo cuarto.
Llull y Velickovic despiertan
Un cuarto triple de Oleson dio una última ventaja al Baskonia nada más iniciarse el tercer período. Pero la tendencia había cambiado, ya que hasta los triples empezaban a entrarle al cuadro merengue.
Primero fue Llull, con un bombazo sobre la bocina, y después Suárez y Velickovic. Mientras que el «Chimpa» cerraba el rebote y daba buenos pases, el ala-pívot serbio iniciaba un clínic de juego al poste bajo y sin balón, abriéndose para lanzar de tres o, simplemente abrir espacios para las penetraciones de Llull, Singler o Carroll.
El Baskonia aguantaba merced a la resistencia de Nemanja Bjelica y Teletovic -aunque el bosnio estuvo bastante intrascendente en facetas que no fueran el tiro-, amén de varias penetraciones de puro coraje de San Emeterio.
Las prisas hacían cada vez más daño a unos gasteiztarras que veían que el Real Madrid abría su renta poco a poco, llegando a una máxima de 12 tantos en el 67-55. Con Prigioni sentado en el banquillo y Heurtel revolucionado, los de Ivanovic se pusieron a seis tantos, pero ya era demasiado tarde. Los tiros libres -22 el Real Madrid por 5 el Caja Laboral Baskonia- de Sergi Llull certificaron el empate a uno de esta semifinal, una ronda que empieza a tomar temperatura y que promete dos partidos en Zurbano -martes y jueves- de altísimo voltaje. Lástima, eso sí, que el Baskonia no evitara que su rival volviera a meterse en el partido.
No fueron decisivos, pero sí significativos. El Real Madrid pudo lanzar 22 lanzamientos libres, mientras que el Baskonia puro tirar solo cinco. En los peores momentos, esos tiros desde 4,70 metros sostuvieron a los de Laso.
«Paciencia». He ahí la palabra clave que esgrimió una y otra vez Dusko Ivanovic. Aunque quiso hacer notar la percepción, sobre todo de cara a la prensa y los aficionados, de que «si hubiéramos ganado este partido tras perder el primero, las cosas se verían distintas, pero yo pensaría igual», ya que destacó una y otra vez que «para ganar estos partidos, hay que tener la paciencia de jugar los 40 minutos».
«Contra un equipo como el Real Madrid, si te relajas dos o tres minutos y haces unos ataques precipitados, así consigues que ellos jueguen rápido, y entonces es muy difícil jugarles».
«Jugar con paciencia -aclaró- no significa jugar lento, sino que podemos jugar aquello en lo que pensamos. Hemos perdido tres o cuatro balones sin saber exactamente qué queríamos. Eso nos pasó también en el primer cuarto».
Sin embargo, para Ivanovic «nuestro problema estuvo en defensa, donde permitimos que ellos anotaran unas seis canastas fáciles, logrando así una ventaja de más de cinco puntos, muy difícil de recuperar. Era el momento en el que nosotros perdimos la paciencia y también la confianza en que podíamos ganar», resumió.
Por su parte, San Emeterio declaraba que «ellos han estado más agresivos y concentrados, aprendiendo de los errores del partido anterior, y nosotros les hemos dado más oportunidades. Es cierto que la mayoría firmábamos venir con 1-1, pero creo que, si hubiéramos jugado pensando que íbamos empate a cero, hubiéramos podido ganarles». A. G.