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Hidrocarburos de Euskadi diseñó la puesta en marcha del Fracking durante el gobierno de Ibarretxe

¿Cómo sacar el gas de debajo de Gasteiz sin provocar hundimientos? ¿Cómo evitar que la ampliación de la ciudad ponga en peligro los futuros pozos? ¿Qué hacer si los Montes de Vitoria son declarados un espacio protegidos? Estas eran las principales preocupaciones de SHESA (Hidrocarburos de Euskadi) en 2006, cuando se comenzó a estudiar el uso del fracking en Euskal Herria.

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Ion SALGADO

El 14 de octubre de 2011, el lehendakari, Patxi López, posó junto a un pozo de gas en Texas para anunciar la existencia de una gran reserva gaseosa en el subsuelo de Araba. La noticia, acogida con cierta incredulidad por parte de la ciudadanía alavesa, se hizo un hueco en los principales medios de comunicación presentes en Euskal Herria. Periódicos, televisiones, radios... todos los informativos recogieron las palabras del dirigente autonómico, que defendió la extracción del recurso natural y afirmó que el mismo se convertiría en una «actividad tractora» para la economía la CAV. Sin reparar en los «peros» anexos a su extracción, el dirigente del PSE presentó, al más puro estilo tejano, un hallazgo «generador de trabajo, empleo y riqueza para el resto de empresas del país».

La noticia fue publicitada como una novedad por el actual inquilino de Ajuria Enea, que no tuvo reparos en dar datos concretos sobre el volumen del yacimiento -185.000 millones de metros cúbicos- y en avanzar que los primeros pozos estarían activos a finales de 2012. No obstante, tal como se detalla en una información confidencial a la que ha tenido acceso GARA, parece que López no descubrió un nuevo recurso bajo el suelo alavés, sino que más bien mantuvo la apuesta realizada cinco años antes por el PNV. Esta formación política puso las bases para extraer mediante la fractura hidráulica -más conocida como fracking- un recurso energético del que, al menos en apariencia, hoy en día desconfía.

Según figura en unas actas ocultadas a la ciudadanía por el Gobierno de Lakua, las primeras referencias sobre el fracking están fechadas en octubre de 2006, durante el mandato del jeltzale Juan José Ibarretxe. Fue entonces cuando comenzaron a reunirse los responsables de Hidrocarburos de Euskadi (SHESA) -una sociedad pública dependiente del Ente Vasco de la Energía (EVE)- con los titulares de las empresas HEYCO y CAMBRIA, interesadas en explotar el gas no convencional detectado bajo la Llanada alavesa.

En aquellas reuniones, el actual titular de SHESA, Juan Cruz Vicuña, discutió con los agentes empresariales los problemas derivados de la aplicación de la fractura hidráulica en el pozo Enara, ubicado al oeste de Gasteiz. A este respecto, cabe destacar que el propio Cruz afirmó que la principal complicación a la que deberían hacer frente las sociedades encargadas de explotar en un futuro el yacimiento estaba relacionada con la aplicación de una protección especial a los Montes de Vitoria. No obstante, el tiempo ha demostrado que la declaración de parque natural no ha servido para frenar las pretensiones del Ejecutivo autonómico, que ha decido contraatacar cambiando la Ley de la Naturaleza. Gracias a esa modificación, el gabinete de Patxi López ha revocado un artículo que vetaba las prospecciones en zonas protegidas.

En el mismo sentido, durante las reuniones, el dirigente de SHESA, que ha mantenido su puesto tras el cambio de gobierno efectuado en 2009, realizó una mención a la presencia de un acuífero en las inmediaciones de los futuros pozos, situados junto a la localidad de Subillana-Gasteiz. Sin embargo, Cruz restó importancia a la cercanía del mismo y no tuvo reparos en explicar que la ubicación del citado acuífero era un problema «menor». Esta idea choca con las posiciones defendidas por los agentes contrarios a la extracción del gas, agrupados en la plataforma Fracking Ez Araba, que critican el empleo de la fracturación hidráulica -consistente en inyectar agua con arena y un compuesto químico para agujerear la roca y, de este modo, poder extraer el gas pizarra de la misma- por su coste medioambiental, ya que el uso del fracking puede contaminar los recursos hidrológicos.

Acercarse a las instituciones

Tras analizar los problemas ambientales, los directivos que participaron en las citadas reuniones comenzaron a diseñar las futuras relaciones con los dirigentes institucionales. Así, Cruz apostó por acercarse a los ejecutivos de Lakua y Madrid para que estos pudieran poner fin a los diferentes «escollos» administrativos derivados de la actividad prevista por SHESA. Además, en las actas del encuentro se destaca que, sería de «gran ayuda» que los dirigentes autonómicos de la CAV viajaran a los pozos de gas no convencional habilitados en el sur de Estados Unidos, tal como hizo Patxi López el pasado mes de octubre.

En cuanto a las elecciones de 2009, descritas como un «problema fundamental» por los asistentes a la reunión, Cruz trató de restar importancia a un probable cambio de siglas en Lakua. Para tranquilizar a los presentes, el director general de SHESA recordó que el personal técnico de las agencias públicas no cambia a la vez que los gobiernos. Por su parte, un portavoz de HEYCO llamado Rene Kuijper subrayó la necesidad de contar con el beneplácito del futuro Gobierno autonómico para evitar «experiencias similares a la de Nuevo México», en referencia a los problemas percibidos en Otero Mesa, donde, según afirma la plataforma Fracking Ez Araba, fue necesaria la intervención del exgobernador del Estado Bill Richardson para evitar la construcción de pozos en un entorno protegido.

Durante los siguientes meses, los delegados empresariales comenzaron a discutir sobre los aspectos técnicos vinculados a la extracción del gas. En noviembre de 2008, los asistentes a las reuniones hablaron de plazos, dinero... y de un nuevo yacimiento que se une al «Gran Enara»; se trata de lo que ellos mismos denominan «Black Flysch», en alusión al fenómeno geológico visible en la costa de guipuzcoana.

El interés por el nuevo hallazgo, que afecta a una extensa zona de Bizkaia y Gipuzkoa, hace que el espinoso tema del fracking deje de tener un alcance local, adscrito a las inmediaciones de Gasteiz, y pase a convertirse en un hecho de relevancia nacional. Es más, según la información publicada por el propio SHESA, los yacimientos de gas afectan a la práctica totalidad de la CAV y a la zona central Nafarroa, incluida Iruñea. Del mismo modo, en Ipar Euskal Herria, el yacimiento Ledeuix se cierne sobre la zona norte de Zuberoa y Nafarroa Beherea.

Operación decisiva

En abril de 2009, bajo un Gobierno interino en manos del PNV, Cruz presentó una nueva estrategia empresarial destinada a asegurar el éxito de la extracción y, de este modo, garantizar la llegada de futuros inversores a Euskal Herria. Tal como figura en las actas, SHESA, que hoy en día cuenta con el apoyo financiero tanto de HEYCO como de CAMBRIA, tenía previsto situar los dos primeros pozos en la inmediaciones de Armentia, dentro del denominado «Gran Enara», para asegurar el éxito de la extracción.

Esta operación, planteada como un simple sondeo por parte de los actuales responsables del Departamento de Industria, contaba con una especial importancia para los responsables de Hidrocarburos de Euskadi, ya que, según afirmaron, no tener éxito en la misma podía poner en riesgo todo el proyecto. No obstante, cabe destacar que, a día de hoy, los responsables autonómicos mantienen que la construcción de los pozos de exploración en Subillana-Gasteiz, que costarán 50 millones de euros, tienen como objetivo valorar la viabilidad técnica y medioambiental de proyecto.

Es más, en declaraciones a GARA, el director general del EVE, José Ignacio Hormaeche, reiteró que los pozos previstos en Araba se han diseñado para comprobar la viabilidad medioambiental del proyecto, no para buscar nuevos inversores. El responsable de la agencia energética, que negó tener constancia de lo ocurrido en Nuevo México y afirmó desconocer los datos referidos al yacimiento «Black Flysh», aseguró que las pretensiones de SHESA pasan por explotar en un futuro el yacimiento del «Gran Enara» sin tener que recurrir a nuevos inversores.

Esa idea no cuadra con los datos recogidos en las actas, donde se evidencia que las pretensiones del Ejecutivo autonómico, o al menos de las empresas copartícipes en el proyecto, pasaban por la atracción de nuevos inversores capaces de aportar más capital con el que sufragar la obra. A su vez, en los textos se puede comprobar como John Underwood y George Yates, dirigentes de HEYCO, presentaron una serie de cifras y condiciones destinadas a buscar nuevos socios. En opinión de esos dos directivos, si se empleara un terreno de 20.000 acres se podría contar con la colaboración de una empresa inversora; y si se explotarán 100.000 acres se podría atraer la atención de una major, una gran compañía capaz de aportar más financiación.

Gas bajo la capital alavesa

Antes de finalizar la última reunión bajo el mandato transitorio del PNV, Underwood mostró su preocupación por la cercanía de Gasteiz a los pozos previstos en el yacimiento «Gran Enara» y recordó que la futura expansión de la ciudad podría poner en peligro la apuesta empresarial. Esta preocupación recibió una rápida respuesta por parte de Cruz, que subrayó que ellos -en referencia a SHESA- podrían hacerse con los futuros planes urbanísticos de la capital alavesa. A su vez, Rene Kuijper aprovechó la mención a Gasteiz para preguntar si podría producirse algún que otro derrumbe si se decide extraer, mediante pozos desviados, el gas pizarra almacenado bajo las calles de la ciudad.

Por último, en noviembre de 2010, ya con el PSE en el Gobierno de Lakua y Patxi López en Ajuria Enea, los dirigentes de las tres empresas implicadas en el proyecto energético -SHESA, HEYCO y CAMBRIA- volvieron a reunirse en Bilbo para continuar preparando el desembarco del fracking en Euskal Herria. Curiosamente, en el acta de la reunión se observa un cambio en la denominación de la empresa HEYCO, que, en esta ocasión aparece bajo el nombre de Petrichor.

El Ayuntamiento de Gasteiz pedirá una moratoria sobre el Fracking

El viernes pasado, el Ayuntamiento de Gasteiz aprobó una moratoria de cinco años sobre la fracturación hidráulica, más conocida como fracking. La idea, que contó con el visto bueno del PNV y del PP, no convenció a Bildu, que decidió abstenerse tras matizar que, a su parecer, la moratoria es insuficiente. Esta idea es compartida por la plataforma Fracking Ez Araba, que reclama la prohibición de la citada técnica y critica una moratoria que no pone coto a las exploraciones.

Por otro lado, el miércoles, PSE y PP sumaron sus votos en el Parlamento autonómico para rechazar una moratoria sobre el fracking. I.S.

 

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