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Aimar domó sus miedos

El de Goizueta, muy atenazado, llegó a ir perdiendo por 4-11, pero fue capaz de solventar la papeleta.

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OLAIZOLA II 22

RETEGI BI 15

Jon ORMAZABAL

Al margen de a un sólido rival que, al menos en la primera parte del partido -en el tanto 13 se le metió una pelota en su derecha-, le puso las cosas muy difíciles, Aimar Olaizola tuvo que hacer frente a los miedos y las dudas que le habían creado sus problemas físicos en su brazo derecho y las tres semanas de inactividad para sacar adelante la complicada papeleta que tuvo ayer ante Julen Retegi. Con este triunfo, el delantero de Goizueta volvió a clasificarse para semifinales, donde se enfrentará a Oinatz Bengoetxea.

A pesar de que casi siempre que ha tenido que afrontar una cita de máxima exigencia el delantero de Goizueta haya mostrado una pasta y una mentalidad que lo convierten en especial, Aimar Olaizola mostró ayer su lado más terrenal y saltó a la cancha con el brazo encogido. A las lógicas dudas de todos los pelotaris en el debut de este campeonato sin margen de error, en el caso del de Asegarce se sumaron las molestias que aún persistían, las tres semanas sin poder entrenar y los recuerdos de aquel calvario vivido en 2003 por una lesión en la misma zona, con lo que arrancó el partido de forma desconocida.

Y es que, aunque en sus entradas de volea y sotamano con la derecha no mostraba demasiadas rémoras -pocas veces ha ganado sus partidos por golpe- Aimar Olaizola salió muy lejos de su nivel, buscando el aire en exceso y con las ideas poco claras. Porque cuando la cabeza no va, el cuerpo tampoco responde e incluso la zurda, donde no ha tenido ningún problema físico, también parecía mermada.

Sólido Retegi

Además, para colmo de sus males, se encontró con un Julen Retegi que mostraba una imagen completamente antagónica. Con dos muy buenas manos, el pelotari iruindarra saltó a la cancha con las ideas claras, tratando de jugar largo y consiguiendo imponerse en el peloteo, para tomar el mando del partido desde el inicio. Buscando en ocasiones el agujero en la derecha de su rival, Retegi Bi llegó a adelantarse 4-11 en el marcador, momento en el que, con el tanto absolutamente a su merced, mandó la pelota a las tablas de la contracancha, dando vida a un Aimar Olaizola que no encontraba respuestas.

A partir de ese instante, el partido dio un giro de 180 grados. Por un lado, Aimar Olaizola fue sumando fe en sus posibilidades a medida de que vio que las molestias en su brazo no crecían, se fue asentando en la cancha y comenzó a conectar su recurso más temible, el saque-remate, con una zurda que también volvía a brillar.

Por contra, fue a un Julen Retegi, que abandonó su costumbre habitual de restar todos los saques a bote para entrar a algunos a sotamano, al que el partido se le hizo largo, especialmente desde que en el tanto 13 le entrara una pelota. Con un parcial de 14-2, Aimar Olaizola, con prácticamente todos los tantos conseguidos tras buenos remates, dio la vuelta al partido, agradeciendo de esta manera la confianza de la cátedra, que incluso en los momentos más complicados en cuanto a lo que se refiere al marcador, siguió apostando por él.

Un Oinatz Bengoetxea aparentemente en gran momento de forma elevará el nivel de exigencia para que Aimar Olaizola pueda repetir final.

 

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