Annan llega a Siria para intentar salvar su plan tras la matanza de Hula
Damasco espera hoy la llegada del enviado de la ONU para el conflicto sirio, Kofi Annan, que intentará salvar su plan de paz, muy debilitado tras los incumplimientos diarios en combates y bombardeos y, sobre todo, tras la matanza de más de un centenar de civiles, entre ellos una treintena de niños en Hula. La masacre ha indignado a las potencias occidentales, que piensan ya en una alternativa al plan de Annan.
GARA | DAMASCO
El enviado de la ONU y la Liga Árabe para el conflicto sirio, Kofi Annan, tiene previsto llegar hoy a Damasco, donde intentará salvar el plan de paz después de que la matanza de más de un centenar de personas, entre ellas una treintena de niños, lo haya debilitado llevando al máximo los incumplimientos diarios de sus puntos.
Según el general noruego Robert Mood, jefe de la misión de observadores de la ONU desplazada a Siria, el número total de víctimas fue de 108 muertos y 300 heridos. Entre los fallecidos, al menos se encuentran 32 niños menores de diez años.
La matanza provocó la indignación y reacción de condena internacional, desde Washington a Hizbulah, y una convocatoria urgente del Consejo de Seguridad de la ONU a puerta cerrada, donde el Estado francés y Gran Bretaña pusieron sobre la mesa una resolución de condena contra el Gobierno sirio.
Pero Rusia bloqueó la resolución y demandó escuchar primero las explicaciones del general Mood, que se dirigió al Consejo por videoconferencia.
Damasco niega la autoría
Según fuentes diplomáticas, Mood explicó que las víctimas fueron alcanzadas por estallidos de obús o disparos a quemarropa, indicando que el lugar de la masacre presentaba rastros de fuego de artillería de tanques, morteros y «agresiones físicas»
Mood ya dijo el sábado que hubo disparos de artillería desde tanques y apeló al Gobierno sirio a «no utilizar armas pesadas», aunque sin señalar claramente al responsable. Por contra, el régimen de Bashar al Assad, negó «totalmente toda responsabilidad gubernamental en esta masacre terrorista dirigida contra los ciudadanos», según el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Jihad Makdissi.
Las autoridades sirias anunciaron además la creación de una comisión de investigación conjunta entre el Ejército y la Justicia sobre el ataque de Hula, el más grave desde la teórica entrada en vigor del alto el fuego el plan Annan. La comisión tiene previsto publicar sus resultados en tres días.
El plan Annan, que prevé el alto el fuego y la retirada de los tanques de las ciudades, se ha visto seriamente tocado por la matanza. Desde la oposición se reclama directamente la intervención y las potencias occidentales plantean también acciones que vayan más allá.
Ayer el ministro británico de Exteriores, Wiliam Hague, indicó que «la prioridad actual es intentar que el plan de Annan funcione», pero añadió que si fracasa, «Gran Bretaña reclamará una respuesta más fuerte de la comunidad internacional, del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, pasando por un apoyo más importante a la oposición y nuevas sanciones». Hague añadió que «le queda poco tiempo a Damasco» para aplicarlo. Miles de personas de personas se manifestaron ayer en Siria para denunciar la masacre de Hula, y las fuerzas de seguridad volvieron a disparar contra la población, según la oposición, que denunció la muerte de 33 personas en todo el país. De ellas, nueve fallecieron y 150 resultaron heridas víctimas de nuevos bombardeos en la ciudad de Hama. «La misión de los observadores de la ONU no quiere decir nada para nosotros después de la masacre de Hula», se leía en una pancarta en una manifestación en el barrio al-Assali de Damasco.
Por otro lado, nueve soldados murieron en combates con las fuerzas insurgentes que atacaron puestos militares en Deraa, Hama, Hassaka, Idleb y cerca de Damasco.
Los observadores «han visto los cuerpos de los muertos y han confirmado mediante el examen de la munición que se dispararon proyectiles de artillería y de carros de combate contra un barrio residencial», indicó el secretario general de la ONU, Bank Ki-moon, en una carta al Consejo de Seguridad, en la que reitera su demanda al régimen sirio para detener el uso de armamento pesado en áreas civiles.
Según «The New York Times», el presidente de EEUU, Barack Obama, está buscando el apoyo de Rusia a un plan de transición para Siria similar al de Yemen, donde el presidente Ali Abdalá Saleh aceptó ceder el poder a su vicepresidente, que tiene dos años para reformar la Constitución y convocar elecciones.
Rusia duda de que el Gobierno sirio sea el responsable de la masacre de Hula, respaldando así a Damasco, que niega que sus fuerzas fueran las autoras de las muertes de más de un centenar de civiles. Durante las consultas a puerta cerrada en el Consejo de Seguridad de la ONU, Igor Pankin, representante adjunto ruso, afirmó que «debemos establecer si son las autoridades sirias quienes son responsables de esta masacre». Aseguró que «tenemos razones para creer que la mayoría murieron degollados, apuñalados o fueron ejecutados a quemarropa», lo que contradice las informaciones de la oposición siria, que aseguraron que se trató de un bombardeo del Ejército sirio. El embajador británico, Mark Lyall Grant, rechazó esa interpretación. «Parece que está bastante claro que la matanza de Hula fue causada por un intenso bombardeo de la artillería y los carros de combate del Gobierno», afirmó. Pankin también dejó entender que el número de víctimas identificadas no correspondía a las constatadas en el lugar. En un principio se habló de 92 muertos, aunque ayer el jefe de los «cascos azules» en Siria, Robert Mood, elevó la cifra a 108 muertos y 300 heridos. GARA