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Blair admite haber tenido una estrecha relación con el imperio Murdoch

En su comparecencia ayer ante la comisión que investiga la ética de los medios tras el escándalo de las escuchas ilegales en la prensa, el exprimer ministro Tony Blair admitió que su relación con Rupert Murdoch y su imperio mediático fue demasiado estrecha.

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El exprimer ministro británico Tony Blair defendió ayer su estrecha relación con Rupert Murdoch y su imperio mediático durante su comparecencia ante la comisión del juez Brian Leveson, creada hace un año por el Gobierno de David Cameron a raíz del escándalo de las escuchas ilegales del difunto diario «News of the World», clausurado en julio de 2011 tras descubrirse que pinchó los teléfonos de famosos y políticos y el de una adolescente desaparecida que, después, fue hallada muerta.

Blair y Murdoch, presidente del grupo News Corporation, han mantenido una buena relación desde que el magnate decidió apoyar al Laborismo en las elecciones de 1997, que terminaron con 18 años de gobiernos conservadores en Gran Bretaña. De hecho, Blair es el padrino de una de las hijas de Murdoch.

El exministro de Blair Peter Mandelson reconoció la semana pasada ante esta misma comisión que «las relaciones personales» entre ambos «se hicieron más estrechas de lo que hubiera sido aconsejable». Pero negó que hubiera «un pacto faustiano» para hacer concesiones a News Corporation a cambio del respaldo a los laboristas.

En 1995, siendo todavía líder de la oposición, Blair viajó hasta Australia para pronunciar un discurso ante directivos del grupo en el marco de una estrategia laborista para ser escuchado por los periódicos del grupo que habían apoyado a los conservadores en las anteriores elecciones.

Ayer afirmó que aquel batacazo en las urnas se le «quedó grabado» y que le llevó a hacer lo posible para evitar que el Laborismo volviera a ser blanco de lo que tildó de «ataque mediático. Lo decidí como líder político, y fue una decisión estratégica. Íbamos a manejarlo y no a enfrentarnos a ello. Si fracasas en tu intento de relacionarte con los medios, las consecuencias son muy desagradables. Se traducen en que te impiden transmitir tu mensaje».

Remarcó que la relación que se establece entre los ejecutivos mediáticos y los políticos es «inevitablemente cercana y, por tanto, implica tensiones».

Sobre su relación personal con Murdoch, admitió que llegó a ser demasiado estrecha pero la justificó como una «relación laboral». En cuanto a tres conversaciones telefónicas que mantuvo con el magnate justo antes de la invasión de Irak en 2003, dijo que no hubo «nada particularmente extraño» y que realizó llamadas similares a directivos de otros rotativos. Negó que le hubiera pedido «cobertura mediática», si bien el grupo de Murdoch apoyó la guerra.

el próximo

El jueves será el turno del ministro de Cultura que deberá aclarar las acusaciones de colusión que pesan sobre él en relación con el intento de compra por parte de Murdoch de la totalidad de la plataforma televisiva BSkyB.

en la calle

Un individuo irrumpió ayer en la sala donde declaraba Blair al grito de «criminal de guerra» por haber dirigido la invasión de Irak. En la calle, activistas se concentraron para pedir el regreso de las tropas de Afganistán.

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