El director general de EITB, Alberto Surio, rechazó ayer la privatización del ente vasco y defendió su mantenimiento como servicio público para el fomento de la pluralidad cultural y de valores cívicos, con «una gestión eficiente y transparente».

En una conferencia en el Fórum Europa en Bilbo, Surio opinó que detrás del debate sobre la privatización de las televisiones públicas «hay una batalla de intereses» entre quienes quieren «marginar» esos canales hasta convertirlos en opciones minoritarias «sin relevancia social» y otros que «se aferran a viejos esquemas que se han visto superados por la realidad».

Según dijo, «una cosa es repensar el modelo y otra reventarlo» o «privatizarlo», y «Euskadi necesita» una radiotelevisión pública, igual que hace 30 años cuando surgió EITB, que fortalezca el euskara, el sector audiovisual del país y ofrezca un soporte a la cultura vasca.

Surio denunció que, ante la crisis, «algunos traten de convertir a lo público en el chivo expiatorio del déficit» e instó a mantener EITB entre las «prioridades» a sostener. «La televisión pública vasca podrá ser objeto de crítica dura», pero «la inmensa mayoría de los vascos no la ponen en cuestión», sentenció.

Sin embargo, defendió la «necesidad de introducir reformas para garantizar una mejor calidad, eficacia y sostenibilidad del sistema», cambios que deberán debatirse en el Parlamento de Gasteiz, pero no con el objetivo de «tratar de hacer rentable» un medio público, sino para hacerlo «útil» porque desarrolla «una función social extraordinaria y esa debe ser la clave» para apostar por su mantenimiento.

A su juicio, los medios públicos «son más necesarios que nunca para hacer sociedades más transparentes, participativas y libres», ya que son «una garantía de acceso a la cultura, de pluralidad de protección a las minorías, de herramienta de convivencia, de concordia en un país, en el que es necesario coser las heridas tras largos años de terrorismo y de ausencia de una verdadera libertad».

Por otro lado, Surio lamentó que «España sea una anomalía histórica» donde no hay un organismo audiovisual que vigile la eficiencia en la gestión de los medios públicos y defendió «la racionalización de recursos» que ha hecho su equipo para que el ente funcione «con 30 millones de euros menos» -22 millones de subvención directa del Gobierno de Lakua y 9 menos de ingresos publicitarios- que en 2009, «y haberlo hecho sin coste social», aseguró.