Incapaces de corregir el rumbo de una nave que va a pique sin remedio, y mientras la vicepresidenta acude a Washington a pedir sopitas, la prensa de Madrid andaba ayer buscando culpables de su desastre. Cualquiera menos ellos. Y en esa búsqueda, fijaron dos dianas: Bruselas y Alemania, y sobre todo, Angela Merkel, mala entre las malas. De la canciller germana, a quien «El Mundo» definía en primera página como «La mujer que siempre dice `no'», servidora no tiene buena opinión, ya que representa a la derecha pura y dura en Europa, pero de ahí a echarle la culpa de la catástrofe española, va un trecho.

En cualquier caso, el periódico de Pedro J. no se andaba con medias tintas. Vean cómo empezaba su editorial: «Hemos repetido tantas veces que estamos al borde del abismo que el día en que nos despeñemos no nos vamos a dar cuenta». De hecho, hay quien dice que ya están en el fondo del barranco. Luego, tras cargar contra el anterior Ejecutivo -el de Zapatero, vamos- y señalar que «la credibilidad perdida en años no se recupera en unas semanas», el editorialista puntualizaba que «esto no quita un ápice de responsabilidad en este último episodio de la crisis a las autoridades europeas y, sobre todo, a la Alemania de Angela Merkel». Y una se pregunta si ha sido Merkel la que ha invertido en el ladrillo todo el dinero del Estado español, y parte del que no tenía, en vez de modernizar su economía. Pero «El Mundo» prefiere criticar a Alemania, que es «quien lleva la batuta».

En «Abc», por su parte, se fijaban más en Bruselas, y se lamentaban porque «en lugar de una necesaria y merecida inyección de confianza, la Comisión Europea solo ofrece a España, a través de nuevos ajustes, un programa que puede dañar aún más su situación». Y tras sostener que «España es un país serio, tan serio como cualquiera de sus socios europeos», el diario de Vocento se ponía farruco: «Si se trata de una cuestión de confianza, ya va siendo hora de que las instituciones europeas reconozcan que están fallando tanto o más que los países afectados a la hora de calmar a los mercados. Su credibilidad también está en juego». Sí, en Bruselas están mucho más nerviosos que en Madrid... Me parece que como su selección gane a Alemania se pueden ir preparando.