Rechazada por el pleno la opción de Riberas de Loiola, el Ayuntamiento aseguró ayer que va a construir Atotxa con «la mayor celeridad posible» para que Donostia «no tenga que pasar otros veinte años sin estación de autobuses».

El concejal de Urbanismo, Ricardo Burutaran, manifestó que «vamos a hacer la estación en Atoxa, pero la vamos a hacer bien, intentando paliar en lo posible las carencias del proyecto y agilizando trámites, pero cumpliendo la legislación».

Además de la ya conocida ausencia de un informe de impacto ambiental, Burutaran explicó que antes de iniciar los trabajos son necesarios otros dos trámites, que en este caso dependen de Adif y del Ministerio español de Fomento.

Según reveló, el martes, víspera del pleno, él y el alcalde Juan Karlos Izagirre ya se reunieron con representantes de Adif. Por una parte, explicó, es necesario que este organismo varíe la «línea de edificación», mientras que Fomento tendrá que modificar la «línea de dominio», que es la distancia de seguridad de ocho metros que existe respecto a las vías ferroviarias y que en situaciones excepcionales puede variar.

El responsable de Urbanismo indicó que ambas cuestiones fueron solicitadas hace «bastantes meses» por el Gobierno municipal. «Sin estas dos modificaciones, que no competen ni al Ayuntamiento ni a la Diputación, el proyecto ni siquiera puede empezar», insistió.

Posteriormente, Adif tendrá que autorizar al Gobierno municipal la entrada de las máquinas en la parcela de Atotxa. Respecto a si se levantará ya la suspensión del contrato de obras, Burutaran se preguntó qué sentido tendría hacerlo cuando todavía no pueden iniciarse las intervenciones.