El Gobierno de Mariano Rajoy ha puesto en marcha una amplia ofensiva diplomática para tratar de transmitir un mensaje de confianza ante la incertidumbre que rodea al sistema financiero español. Así, la vicepresidenta del Gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, se reunió el jueves en Washington con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde -quien aseguró que este organismo descarta que estudie un rescate-, así como con el Secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner.

Asimismo, el ministro español de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, comparecía ayer ante la prensa tras la reunión del Consejo de Ministros para lanzar un mensaje de confianza. Afirmó que el Estado español «es solvente» y podrá salir de la crisis económica con el apoyo de Europa. «Somos euro, España es euro y se sale haciendo más euro y más Europa y de esto debemos estar seguros», proclamó.

Ayer, los bonos españoles a diez años cerraron la semana con una rentabilidad del 6,53%, mientras la prima de riesgo -que mide el sobrecoste que exigen los inversores por comprar deuda española en lugar de alemana, considerada más segura- terminó la semana en 536 puntos básicos, el mismo nivel que el del jueves.

No obstante, los expertos insistían ayer en apuntar que el nivel de rescate no lo marca la prima de riesgo, sino la rentabilidad del bono a diez años y, sobre todo, la cotización prolongada en el tiempo a determinados niveles. La prima de riesgo española lleva cinco días por encima de los 500 puntos básicos -Grecia fue rescatada tras 16 días, Irlanda, después de 24 días, y Portugal, tras 34 días- si bien los bonos no han alcanzado el 7% de rentabilidad, nivel que se considera como de no retorno hacia el rescate y que sí sobrepasaron dichos estados.

En cualquier caso, son las dudas sobre la posibilidad de que el Estado español necesite un rescate las que hacen huir a los inversores hacia valores más seguros, lo que derrumba la rentabilidad del bono alemán, que ayer caía a un mínimo del 1,17%.

Quien sí reconoció más abiertamente la gravedad de la situación española fue el titular de Economía, Luis de Guindos. En un acto celebrado el jueves por la tarde en Catalunya, alertó de que el futuro del euro «se va a jugar en las próximas semanas en España e Italia» y admitió que el Gobierno atraviesa el momento más difícil desde que tomó posesión.

Carta de Rodrigo Rato

Entretanto, la recapitalización de Bankia siguió ayer dando qué hablar. El expresidente de la entidad, Rodrigo Rato, en una carta repartida a los consejeros de Caja Madrid, asegura que la recapitalización va a dejar al grupo BFA-Bankia en una «magnífica» situación financiera, pues supone una «inyección brutal» de fondos para elevar su provisiones de forma «notable». Dijo lamentar, eso sí, que que el saneamiento se haya realizado a cargo del Tesoro Público y «a costa» de sus actuales accionistas, «pudiendo provocar unas consecuencias negativas para el resto del sector financiero con coberturas muy inferiores».

El expresidente de Bankia también repasa los 3.000 millones de pérdidas registrados en 2011, frente al beneficio inicial declarado de unos 300 millones, para justificar que el cambio «es solo consecuencia de unas provisiones adicionales para el ejercicio 2011». A su juicio, esas dotaciones se deben al deterioro del mercado inmobiliario y crediticio después del 31 de diciembre de 2011.