Iñaki Azkuna prohíbe de forma sistemática actos en las calles
A la espera de que se emita un fallo en torno al recurso contencioso interpuesto por la plataforma Kalea guztiona da, el equipo de Iñaki Azkuna ha prohibido en el último mes, de forma sistemática, cinco iniciativas populares que se iban a desarrollar en diferentes puntos de Bilbo. El Consistorio «no quiere que la calle esté ocupada todo el rato con actividades».
Agustín GOIKOETXEA | BILBO
Tres estudiantes universitarias habían solicitado tanto a la Ertzaintza como al Consistorio bilbaino permiso para la instalación ayer y hoy de un sofá, dos mesitas y pancartas reivindicando el derecho a una vivienda digna en la Plaza Circular. El turno número veintisiete de la iniciativa ``Ez irentsi'' no se ha podido desarrollar en ese lugar céntrico de la villa porque la Oficina del Espacio Público ha estimado que «la actividad que se pretende realizar implica una utilización especial o privativa del espacio público, de interés meramente privado sin que exista una necesidad pública que lo justifique».
El estupor que ha generado la comunicación de la subdirectora de la Oficina, Begoña Oraa, es importante. Los promotores del ayuno solidario de 48 horas manifiestan que no saben «qué es peor, que un ayuntamiento diga que la reivindicación del derecho a la vivienda es algo de interés meramente privado, o que se utilice semejante excusa para prohibir la escenificación pública de una reivindicación que les resulta incómoda».
La decisión municipal la enmarcan en el «modelo autoritario de ciudad«» que impulsa el alcalde, Iñaki Azkuna, con otro ejemplo de reciente actualidad informativa a raíz de la resolución del Ararteko: el brutal desalojo y derribo de Kukutza III, en Errekalde. «Mientras otras metrópolis como Berlín, hacen de la diversidad y de la existencia de actividades alternativas uno más de los atractivos de la ciudad, el Ayuntamiento de Bilbao pretende borrar del mapa urbano cualquier reivindicación, cualquier actividad no subvencionada», denunciaron.
Uribarri Eguna, en el aire
También se prohibió la iniciativa Uribarri Eguna 2012, impulsada por la coordinadora de colectivos socioculturales Uribarri Auzolanean para el domingo. Ayer, tras varias gestiones, el director de Espacio Público, Fran Víñez, citó para hoy de forma urgente a sus convocantes.
Bildu ha tratado de intermediar y ayer mismo uno de los hombres de confianza del alcalde, el corporativo José Luis Sabas, aseguró a la edil soberanista Aitziber Ibaibarriaga que no se iban a mover de su posición de veto, porque el gobierno municipal «no quiere que la calle esté ocupada todo el rato con actividades».
Lo curioso es que la idea de organizar Uribarri Eguna partió en 2011 del Ayuntamiento; el propio alcalde estuvo presente en la Campa de las Escuelas. Entonces, el acto fue propuesto y gestionado por el Área de Relaciones Ciudadanas del Consistorio junto con la comisión de fiestas Aldapan Gora. Tal fue el éxito de la primera convocatoria que los organismos ciudadanos se habían implicado este año en la organización de una nueva edición, a la que se sumaron aún más asociaciones.
Los argumentos para denegar la autorización en Uribarri, al igual que en los otros cuatro casos, sorprenden. Se niega el «interés general» de la convocatoria y se circunscribe cualquier acto festivo popular a los dos fines de semana aprobados al año, con motivo de las fiestas del barrio.
Se quejan los vecinos de que ellos tienen limitados sus derechos mientras «el Ayuntamiento tiene derecho a organizar lo que quiere, cuando quiere y utilizando todo el espacio que quiere». La prohibición la tachan de «arbitraria».
Es la misma reflexión que hicieron las secciones sindicales de Comercio de ELA, LAB y UGT, que solicitaron para el 6 de mayo un permiso para desarrollar en la Gran Vía una fiesta a favor de la conciliación de la vida familiar y laboral. Fue prohibida en esa ubicación y como alternativa la Oficina de Espacio Público les propuso el traslado al parque de Doña Casilda.
También se denegó la autorización a las comparsas Altza Porrue, Satorrak y Txinbotarrak para organizar el 12 de mayo, en la Plaza de Errekalde, el festival Azken Kupela Dantza. Al final se pudo celebrar gracias a un acuerdo in extremis con los responsables municipales.
En otro caso la afectada fue otra comparsa. Txori Barrote había previsto efectuar la presentación de su imagen renovada el 19 de mayo en una pequeña plaza entre la iglesia de San Anton y el mercado de La Ribera. No consiguieron el permiso.
Desde Bildu vienen denunciando el cúmulo de prohibiciones y destacan las declaraciones «hipócritas» de los concejales del PNV. Señalan que en el pleno de la semana pasada, a raíz del debate en torno a la implicación del Ayuntamiento en la organización de corridas de toros, los jeltzales dijeron que «no eran partidarios de prohibir nada. ¿Y qué es la ordenanza del Espacio Público sino un cúmulo de prohibiciones?».
La Sala de lo Contencioso Administrativo del TSJPV está pendiente de publicar el fallo del recurso contra la aprobación de la ordenanza de Espacio Público del Consistorio bilbaino, cuyo ponente es su presidente, Luis Javier Murgoitio.