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Maite SOROA | msoroa@gara.net

Despu�s de la pitada, la indiferencia

Comienza la Eurocopa de fútbol y el Gobierno español tendrá un respiro hasta final de mes. Eso sí, peperas y peperos habrán de aplicarse y no perder oportunidad de aparecer en público con camisetas de su selección y demostrar mucha devoción patria. ¿Qué es una crisis económica, política e institucional de inmensas dimensiones al lado de la suerte de «la Roja»? Ni el paro ni los recortes son ya la primera preocupación de los españoles. Ni la última, porque el único foco de atención ha de ser «la Roja».

Ayer, «La Razón» abría su edición con esa primera preocupación española y, como siempre, el nacionalismo, el no español, claro -pues el suyo es no-nacionalismo-, era motivo de denuncia por su afrenta a la española selección. El titular de primera página era alarmante: «Veto a la selección», y es que resulta que «El Ayuntamiento de San Sebastián, gobernado por Bildu, y el de Barcelona, de CiU, se niegan a poner pantallas en la calle para seguir a `La Roja'». Así que se niegan, ¿eh? Tendrán que mandar a la Legión, ¿o qué? Servidora cree las ciudadanas y ciudadanos donostiarras y barceloneses dirán si les parece bien o mal esa negativa.

En páginas interiores, el diario derechoso afirmaba, bajo el epígrafe «La ofensiva nacionalista: ante la Eurocopa», «Bildu y CiU dejan a San Sebastián y Barcelona sin ver a la Selección». Bueno, bueno, una cosa es que no pongan pantallas gigantes en la calle y otra cosa sería que requisasen todos los televisores de esas ciudades durante el campeonato.

Después contaba que en casi todas las ciudades de la piel de toro se instalarán pantallas, pero no en Barcelona, Donostia y tampoco en Bilbo. Es más, «En el caso de la Ciudad Condal, que rige el nacionalista de CiU Xavier Trias, ni siquiera la propuesta de patrocinio por parte de Hyundai ha servido para derribar el muro nacionalista en Barcelona, según indicaron a «La Razón» fuentes de la firma coreana. `En Barcelona, se lo hemos ofrecido al Ayuntamiento y nos contestaron que no querían hacer ninguna actividad', señalaron, al mismo tiempo que explicaban que, debido a esta negativa, ni siquiera lo intentarán en el País Vasco». Parece que lo tienen claro. Lo les que faltaba tras la pitada de la final, que vascas y vascos, y catalanas y catalanes, pasen de ellos.

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