De tener a dar miedo
Aimar Olaizola, con su brazo derecho muy suelto, pasó por encima de Bengoetxea y jugará una nueva final.
OLAIZOLA II 22
BENGOETXEA VI 5
Jon ORMAZABAL
Aimar Olaizola necesitó un par de pelotazos para sacarse de encima los miedos que decía tener en torno a su brazo derecho y pasarlos primero a Oinatz Bengoetxea y, de paso, a Juan Martínez de Irujo, contra el que jugará una nueva final del Manomanista -la séptima para él-, tras pasar por encima del delantero de Leitza en una nueva exhibición del de Goizueta.
Tras la elección de material, fue el propio Aimar Olaizola el que aclaró que su mayor problema era sicológico, que debía quitar las dudas que le creaban las molestias de su derecha, y sobre la cancha volvió a demostrar que es precisamente su fortaleza mental la que lo hace un pelotari especial. Y es que, mientras la mayoría de los profesionales acusan la presión en citas importantes como la de ayer, hay unos poquísimo elegidos como él, que son capaces de dar su mejor versión en los momentos de máxima urgencia.
Sabiendo aislarse herméticamente de todos los comentarios que se generan a su alrededor, el delantero de Goizueta es un auténtico especialista en manejar los tiempos a su conveniencia y lejos de amilanarse -a última hora desechó jugar con ese vendaje que anunció el miércoles y lo hizo como siempre, aplicándose una crema especial en la zona-, fue capaz de hacer aparecer al mejor Aimar Olaizola en el momento oportuno.
Dominio arrollador
Los pequeños detalles como que la chapa le diera el primer saque o la escapada que le dio el 3-0 con grandes dosis de fortuna, también colaboraron en fortalecer su confianza en la misma medida que minaron la de un Oinatz Bengoetxea al que, por el contrario, se le vio excesivamente tenso y precipitado.
Así, desde el pelotazo inicial el de Goizueta soltó su derecha con una frescura desconocida hacía tiempo y desniveló la balanza en un arreón inicial que le llevó a ponerse 17-1 en un abrir y cerrar de ojos, en el que Oinatz Bengoetxea nunca encontró respuesta al vendaval que se le vino encima.
Como marca el `abc' del manomanista, el dominio del colorado comenzó desde el saque, jugada con la que consiguió un total de seis tantos -Bengoetxea alternó restos de aire y a bote sin demasiado éxito- a base de cruzar gran parte de ellos a la pared izquierda. Al margen de los tantos conseguidos directamente con el primer pelotazo, también obligó mucho al de Leitza, estando además perfecto en el saque-remate.
Ni siquiera la pasa cometida en su noveno saque le hizo demasiado daño, ya que el magnífico resto de sotamano con la derecha que pegó en la primera oportunidad que Oinatz Bengoetxea puso su pelota en juego le devolvió el dominio en el tanto.
Y es que, en el día de ayer, también en el peloteo fue muy superior Aimar Olaizola a Oinatz Bengoetxea. El de Goizueta soltó largos derechazos, a los que dio mucha altura y acertó a meterlos en pared izquierda, con lo que a Oinatz Bengoetxea le quedó la siempre ingrata tarea de ejercer de recadista.
Incapaz de pasar a dominar con sus temidos sotamanos, tampoco en las pocas oportunidades que Aimar le concedió estuvo demasiado acertado el de Leitza, de ahí un resultado excesivamente abultado para la actitud intachable del pelotari, que se quedó sin poder repetir su hazaña de 2008.
El de Goizueta confirmó que cada día que pasa se encuentra mejor, por lo que entiende no habrá ningún problema para jugar la final el día de San Juan.
«Aimar ha jugado un partido increíble, ha gozado y ha buscado la parte alta del frontis, por lo que yo no he podido hacerle daño con el sotamano, me ha anulado», señaló el de Leitza.