ensayo
32 lecciones para no perderse
Iñaki URDANIBIA
Estamos ante un clarificador libro en el que se nos desvelan los insondables misterios de esa cosa llamada economía, que tantos quebraderos de cabeza trae a los ciudadanos y tantos esfuerzos provoca en los especialistas del ramo, quienes por lo general tratan de oscurecer las cosas para salirse con la suya. Es una postura similar a la de los curas de antes con el latín: que nadie entienda hace que crezca la distancia misteriosa y se dejen las cosas en manos de los supuestos expertos.
A modo de diccionario, el autor pasa revista a algunos términos y expresiones que se escuchan constantemente (a modo de tótemes). Lo hace tomando como guía el consejo de Galbraith a los ciudadanos: «La única actitud veraz consiste en exigir la explicación más completa y preguntarse si tal explicación resiste la prueba del sentido común. Si alguna vez un economista le pide a usted que acepte su punto de vista como si fuese el evangelio con el pretexto de que se basa en la erudición, no se crea una palabra».
Como digo,Martín Seco nos entrega una brújula para adentrarnos en esa selva de los conceptos económicos y lo hace de modo que las explicaciones resulten nítidas como el agua cristalina. El objetivo del libro es desenmascarar las grandilocuentes palabras que no hacen sino ocultar las trampas, sinuosos ardides y mentiras que los dueños de dicho «juego de lenguaje» -por usar la expresión de Wirtgenstein- utilizan con el fin de ocultar la verdad y quedar como los buenos de la película... Así la falta de competitividad o la subida de los precios serán debidas a las alocadas pretensiones de los trabajadores y sus sindicatos.
Tal objetivo lo logra el autor con creces al dejar sin argumentos serios los falaces argumentos empleados por los «emprendedores» (término que utilizan para evitar el concepto más claro de empresarios), secundados por una clase política, como lo demuestra, entre otros casos, el acuerdo alcanzado para modificar la Constitución española por parte del PPPSOE, para dejar contenta a Frau Merkel.
La obra avanza desvelando que tras la jerga técnica no se oculta más que una defensa descarada del statu quo. Nos conduce con verbo claro desde las Agencias de Calificación Crediticia hasta la Unión Monetaria Europea, haciéndonos atravesar por los vericuetos del copago sanitario, el déficit público, la inflación, Keynes, el Pacto de Toledo, la tasa Tobin... Magistrales lecciones que ponen al alcance de cualquiera los misterios de esa nueva y engorrosa teología que ha adoptado el nombre de economía en honor al todopoderoso Mollock.