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Crónica | el reto del cooperativismo ante la crisis

Cómo lograr que siga dando frutos el árbol que echó raíces en Euskal Herria

La crisis alcanza ya a prácticamente todos los sectores económicos. Las cooperativas, aunque en menor medida, también se han visto afectadas por la recesión y por ello, Forokoop ha centrado sus esfuerzos en indagar las vías para hacerle frente desde el cooperativismo, un modelo que echó profundas raíces en Euskal Herria y que trata ahora de mantenerse vivo.

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Iraia OIARZABAL I

¿Sobrevivir o reinventarse? Esta es la gran disyuntiva a la que se enfrentan las cooperativas vascas ante la crisis. En el marco de la VI Jornada Forokoop, organizada por Forokoop y el Consejo Superior de Cooperativas de Euskadi, CSCE, la pasada semana varios expertos del ámbito cooperativo estudiaron la situación actual de las cooperativas ante la crisis y el camino a tomar de cara a hacer frente a las adversidades. Moderados por el periodista Mariano Ferrer, el catedrático de la Universidad de Deusto, Pako Garmendia, y el directivo del grupo vizcaino Arteche, Inazio Iribar, debatieron sobre el presente y el futuro del modelo cooperativo.

Los resultados de las 868 cooperativas agrupadas en Konfekoop todavía se mantienen en positivo. Durante 2011 facturaron un 5% más que el año anterior y para 2012 también se esperan resultados positivos. Además, la creación de nuevas cooperativas también ha sido positiva: en 2011 se crearon 117 y hasta junio de 2012 eran 93 las cooperativas creadas. No obstante, el ámbito cooperativo también se ha visto afectado por la crisis. Así, el beneficio del grupo Mondragon cayó un 30% durante 2011, si bien cabe destacar que logró mantener el empleo y las ventas.

A pesar de este matiz positivo, Garmendia e Iribar no quisieron dejar escapar lo negativo de la cuestión. «En otros sitios, aumenta el beneficio y cae el empleo», ironizó Iribar. Más allá de las bromas, admitió que es bueno mantener el empleo pero recalcó que los beneficios son importantes. «Hay que crecer y aumentar los resultados, si no estamos perdidos», advirtió. El directivo del grupo Arteche no quiso ser pesimista y afirmó que se puede ser rentable. En esta misma línea, Garmendia incidió en que una cooperativa no debe generar empleo a costa de que caigan los beneficios.

Por ello, cabe preguntarse si el sector cooperativo debe empezar a labrar otros caminos que le ayuden a mantenerse en pie ante los vaivenes de la crisis. La duda que surgió durante el foro es cómo hacerlo sin quebrantar los principios fundamentales del cooperativismo: la solidaridad y la participación democrática de los socios.

En este sentido, Garmendia apuntó que además de fijarse en los resultados, hay que fijarse en el equipo humano que hace posibles esos resultados. «Las cooperativas ponen las relaciones humanas por encima del egoísmo», sentenció.

Por su parte, Iribar matizó que no hay que tomar decisiones únicamente para sobrevivir a la crisis. Opinó que la reflexión debe ir más allá de la coyuntura actual, aunque reconoció que la salida a la crisis deberá repensarse desde el cooperativismo.

En busca de capital

Llegados a este punto, Ferrer puso sobre la mesa la reflexión sobre las posibles desventajas que el cooperativismo puede suponer a la hora de enfrentarse a situaciones económicas adversas. Iribar fue seguramente el más crítico en este punto y apuntó que los mecanismos utilizados en las cooperativas pueden «ralentizar» la toma de decisiones.

Sin embargo, si se modifica este aspecto se sacrificaría uno de los principios fundamentales del cooperativismo: la toma de decisiones de una manera democrática. Por ello, Garmendia miró esta cuestión desde otra perspectiva. En su opinión, lo verdaderamente importante es marcar la responsabilidad de quien toma las decisiones. «Esa es la clave, que el principio democrático y la fórmula organizativa se sustenten», concluyó.

Más allá del modelo de gestión, Iribar recalcó que el problema es cómo conseguir capital. «Si no hay crédito, poco se puede hacer. Eso no hay que olvidarlo», subrayó. Afirmó que el caldo de cultivo de las cooperativas en la toma de decisiones es mejor, pero consideró necesario reubicarse, buscar capital y arriesgarse. «Permitir la entrada de capital sin cambiar la esencia. Hay que perder el miedo a pedir capital de fuera y tomar decisiones rápidas», apuntó.

Para dar un cariz optimista a la jornada, los organizadores recordaron que ya se han superado crisis económicas anteriormente y que lo mismo ocurrirá con esta. «Algunos ya han salido, y son los que nos están alumbrando», sentenciaron, para terminar animando a «moverse y actuar».

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