El Gobierno de UPN inicia su andadura en solitario y en minoría en el Parlamento
El nuevo escenario institucional que ha provocado la ruptura del Gobierno de coalición por parte de Yolanda Barcina comenzará a visualizarse esta semana en el Parlamento navarro, después de que el pleno del viernes transcurriera casi en un estado de shock provocado por el cese fulminante de Roberto Jiménez. UPN, a la que los apoyos del PP no le bastan para sumar la mitad más uno de los votos de la Cámara, puede comenzar a notar esa minoría hoy mismo.
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Ya que tanto UPN como PSN no contemplan, al menos a corto plazo, una convocatoria anticipada de elecciones que pusiera fin a una legislatura a la que todavía le quedan tres años por delante si llegara a agotarse, la actividad parlamentaria marcará a partir de ahora los movimientos del Gobierno de Yolanda Barcina.
La pérdida de la mayoría absoluta con la que contaba el Ejecutivo de coalición dará lugar a un nuevo escenario que, tras el insólito pleno del pasado viernes, comenzará a concretarse a partir de hoy mismo. Como es habitual cada lunes, la reunión de la Mesa y Junta de Portavoces está convocada a las diez de la mañana. Pero en esta ocasión no se trata de un mero trámite, limitado al funcionamiento interno de la Cámara, por dos razones: una cuantitativa, ya que la Mesa está formada por un solo representante de UPN -el presidente de este órgano, Alberto Catalán- y cuatro de la oposición -dos del PSN, uno de NaBai y otro de Bildu-; y la otra, cualitativa, porque en el orden del día se han incluido cuestiones muy relevantes.
En el capítulo de peticiones de comparecencias, aparecen la formulada por Bildu para que la presidenta del Gobierno «informe sobre la crisis de gobierno abierta y sus repercusiones», y la que ha presentado NaBai para que Barcina «informe sobre lo que se pretende alcanzar con cada uno de los proyectos estratégicos en 2012».
Además, Bildu plantea la creación de una ponencia «para analizar las consecuencias y perjuicios que están originando a los ciudadanos y ciudadanas los sucesivos recortes» llevados a cabo tanto por el Ejecutivo navarro como por el de Mariano Rajoy.
Desde que UPN y PSN firmaran su pacto de gobierno, en la mayoría de los casos sus representantes en la Mesa votaban al unísono a la hora de dar luz verde o rechazar la tramitación de las cuestiones que resultaban más espinosas para el gabinete de coalición.
Tras el cese de Roberto Jiménez como vicepresidente del Gobierno, es de esperar que el PSN se sume a la propuesta que reclama a la propia Barcina que explique ante el Pleno los motivos que le han llevado a hacerlo. La iniciativa de Bildu posibilitaría, incluso, un cara a cara entre ambos, ya que Jiménez conserva su escaño en la Cámara, aunque el portavoz de su grupo continúa siendo Juan José Lizarbe.
También sería lógico que el PSN apoyara la creación de una ponencia que estudie las consecuencias que acarrean los recortes en la ciudadanía si realmente la fuerte reacción social contra los recortes fue la que le llevó a provocar una crisis de gobierno a la que, paradójicamente, ha puesto fin la líder de UPN. No obstante, en este caso el partido de Jiménez se encontrará más incómodo porque, pese a sus objeciones, ha venido impulsando esos recortes durante el último año.
Más relevos
Quienes ya no volverán al hemiciclo son Anai Astiz, que era consejero de Fomento y Vivienda, y Elena Torres, que estaba al frente del Departamento de Política Social, Igualdad, Deporte y Juventud. Ambos, a los que en un primer momento Barcina no quiso cesar, se preparan ya para volver a los puestos de trabajo que ocupaban antes de entrar en el Gobierno: Torres, en el Hospital Reina Sofía de Tutera y Astiz, en Caja Navarra.
El Gobierno de UPN tendrá que buscar también relevo para una quincena de directores generales o cargos similares que habían sido nombrados por Jiménez, Torres y Astiz.