Javier Gómez Sanz, responsable de Acción Sindical de la Federación de Industria de CCOO de Euskadi, y Javier López Irisarri, secretario de Negociación Colectiva de la central sindical, expusieron «la situación límite en que se encuentra la negociación colectiva en el motor de nuestra economía, el sector del metal». Anunciaron una manifestación de delegados sindicales para este jueves, día 21 de junio, a partir de las 11.00, que saldrá de la Plaza Circular y finalizará ante la sede de Confebask, en la capital vizcaina.

En conjunto, los convenios del Metal de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa afectan a 110.000 trabajadores, «uno de cada seis asalariados del sector privado». A juicio de ambos responsables, «estos acuerdos han sido las herramientas que han garantizado unas condiciones de trabajo dignas para los trabajadores».

CCOO admite que permitieron «la extensión y consolidación de derechos laborales a los trabajadores, no solo de la gran empresa, sino a los miles de la mediana, pequeña y microempresa». Además, «el modelo vasco de relaciones laborales, la cultura de negociación entre interlocutores sociales y la tradición sindical se han asentado, básicamente, sobre la existencia de estos convenios provinciales». Pero admitieron que todo eso «se ha modificado por el impacto de la reforma», porque los cambios laborales de Rodríguez Zapatero y de Rajoy «han reducido a papel mojado la validez de los convenios provinciales. Con ello, han dinamitado el modelo de relaciones laborales con que hemos venido funcionando hasta ahora», afirmaron.

Esta situación, a juicio de CCOO de Euskadi, «supone la marginación de los convenios provinciales y tiene consecuencias muy graves sobre los derechos: muchos de ellos se suprimen, se precariza, se eliminan las garantías laborales, jurídicas y sindicales, pérdida de referencias salariales, jornadas de trabajo a la carta, entre otras agresiones».

Peores condiciones

Ante esta difícil situación, pidieron a la patronal vasca que «no ponga excusas y se siente a negociar un acuerdo autonómico de negociación colectiva que evite el caos» y exigieron a las administraciones públicas que defiendan «la industria y el tejido productivo en Euskadi».

CCOO afirma que, a nivel de empresa, la negociación colectiva que se trate de cerrar «pondrá sobre la mesa peores condiciones que los convenios provinciales con lo que se ha dado al empresario un poder absoluto para modificar las condiciones laborales pactadas».

Este tema, a su juicio, es importante porque el 75% del empleo del sector del metal se aglutina en las pyme, «que ya no se regirán por el convenio provincial, lo que supondrá un caos absoluto y la total individualización de la relaciones laborales. Será la ley de la selva».

Otro tema que ha empeorado en la tramitación parlamentaria de la reforma laboral es la ultraactividad «que el PP con el apoyo de CiU la han limitado a doce meses. Es la puntilla que faltaba». Supone que si no hay acuerdo al cabo de un año, «todas las condiciones laborales recogidas en los convenios provinciales, que han sido fruto de décadas de pelea sindical, decaen. Entonces, el convenio de referencia -según explicaron- pasa a ser el estatal, si no existe, como es el caso del Metal, la referencia de derechos se queda en el Estatuto de los Trabajadores y el Salario Mínimo Interprofesional».

CCOO mantiene que «hablamos del salario mínimo interprofesional y de una jornada de 1.820 horas anuales». Es por ello que entienden que las patronales de cada herrialde están bloqueando los convenios, porque «saben que les favorece»

Por último, acusaron a ELA y LAB de haber renunciado a mantener «el ámbito supraempresarial en Euskadi». Así dijeron que «nos parece una barbaridad no pretender un ámbito supraempresarial vasco que regule las condiciones laborales de los trabajadores».