Los islamistas egipcios descartan una guerra civil como la que vivió Argelia
Los Hermanos Musulmanes advierten de que los decretos con los que el Ejército ha acaparado mayores poderes pueden mantenerlos en el poder durante años y enfrentarlos al pueblo egipcio, pero descartan una guerra civil como la que vivió Argelia en los 90.
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Las nuevas normas que han impuesto los generales egipcios podrían mantenerlos en el poder durante años, según el presidente del disuelto Parlamento, Saad Katatni, miembro del partido de los Hermanos Musulmanes. Según explicó a Reuters, este hecho no va a suponer un conflicto armado como el que comenzó en Argelia cuando se anularon las elecciones ganadas por los islamistas y que dejó más de 150.000 muertos en la década de 1990.
«Lo que ocurrió en Argelia no puede repetirse en Egipto», afirmó Katatni, quien añadió que «los egipcios son diferentes y no están armados», y solo tienen «medios legales y populares» a su disposición. «Estamos llevando a cabo una lucha legal a tarvés de las instituciones y una lucha popular en las calles Ese es el techo. Así veo la continuación de la lucha», indicó. «Todo el mundo debe asumir la voluntad popular», insistió.
Confrontación
Pero si no con armas, los Hermanos Musulmanes alertaron al Ejército de que puede producirse «una confrontación con el pueblo» si su candidato en las elecciones presidenciales, Mohamed Mursi, no es reconocido como vencedor. La tensión en torno a los resultados ha aumentado tras el retraso en su anuncio decidido por el Comité Electoral, sobre todo después de que tanto Mursi como el ex primer ministro de Hosni Mubarak, Anmed Shafiq, que representa para islamistas y revolucionarios la continuidad del antiguo régimen y de los militares en el poder, se hayan proclamado vencedores.
Los resultados oficiales, que se esperaban para el pasado jueves, se han retrasado ya que la comisión electoral dijo necesitar más tiempo para examinar los recursos presentados por supuestas irregularidades. Shafi echó más leña al fuego ayer al proclamarse proclamó ayer «futuro presidente» de la república.
En la página web del partido islamista uno de sus dirigentes, Mahmud Ghozlan, advierte del riesgo de una «confrontación entre el Ejército y el pueblo» si Shafiq es declarado vencedor.
«La insistencia de Shafiq en decir que ha ganado muestra las malas intenciones del consejo militar y de la comisión electoral», afirma.
Algunos de los miembros de los Hermanos Musulmanes permanecen en tiendas de campaña en la plaza Tahrir de El Cairo desde la concentración que llevaron a cabo el martes para reivindicar la victoria de su candidato. Además, en esta protestas denuncian las medidas del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, con las que ha asumido el poder legislativo tras la disolución del Parlamento y que limita el poder del próximo presidente. El jefe del Estado necesitará el aval de los militares para poder aprobar leyes. Los generales también se han atribuido grandes prerrogativas en materia de seguridad, así como en el proceso de redacción de la futura Constitución.
La extensión de las prerrogativas de los militares aumenta los poderes que tenían bajo el régimen de Mubarak y permite que continúe la impunidad de las violaciones de derechos humanos, según Human Rights Watch (HRW). «La implacable expansión de la autoridad de los generales para detener y juzgar a civiles va ahora más allá de sus poderes con Mubarak», lamentó el subdirector de HRW en Oriente Medio, Joe Stork. Las medidas permiten a los militares detener a civiles, enjuiciarlos en tribunales castrenses, o que los militares asuman más poderes sobre asuntos de seguridad nacional. Para Stork, «son la última señal de que no habrá una entrega de poder significativa a una autoridad civil el 30 de junio». GARA