Los temas constantes en la obra de Daniel Burman siguen estando en su última realización «La suerte en tus manos», que también habla de la pareja, de la familia, del judaísmo y de la redención. Lo que cambia es que los trata en un tono de comedia más ligera, potenciando ese humor soterrado observable en sus dramas. La variación se debe a que el argumento, escrito por el cineasta argentino junto a Sergio Dubcovsky, tiene como motor la relación entre el azar y el amor.

El guión, que se mueve sobre el escenario del mundo del juego, resultó premiado en Festival de Tribeca, por la forma en que conecta la idea de la suerte con las consecuencias que provoca la mentira en oposición a la realidad objetiva.

El protagonista trabaja a disgusto en una empresa familiar relacionada con el juego y, cuando reaparece en su vida una novia de juventud, se inventa otra profesión. Este hombre divorciado y con dos hijas le hará creer que trabaja como representante musical y que trabaja en la reunión de la Trova Rosarina, movimiento que en los años 80 encuadró a una serie de cantantes y músicos de la generación de Fito Páez. Sin quererlo, no está de más adelantar que el sueño se materializará dando lugar al clímax final de la película.

El uruguayo Jorge Drexler no ha querido intervenir en la parte musical de «La suerte en tus manos», perfectamente definida y localizada en Rosario, para así mejor concentrarse en su debut como actor, sorprendiendo con sus dotes para la interpretación a crítica y público. Daniel Burman ya las había intuido viendo su desenvoltura ante la gente en uno de sus recitales, durante los que acostumbra a incluir largos parlamentos. Ambos ya se conocían a partir de la colaboración del cantante en «El nido de vacío», película para la que compuso un par de temas.