LAB se reorganiza para enfrentar la crisis e impulsar la soberanía vasca
LAB afronta desde ayer en Barañain su VIII Congreso Nacional. El sindicato sentará sus pautas de trabajo para adaptarse a una nueva realidad en Euskal Herria, que está marcada por la crisis económica y el nuevo tiempo político, en el que el sindicato quiere tener un papel protagonista. Ainhoa Etxaide buscó en el congreso el refrendo de su liderazgo y el de su Ejecutiva, lo que consiguió sin oposición. LAB mira al futuro «desde la credibilidad de su trayectoria».
Aritz INTXUSTA |
Unos quinientos representantes de LAB más invitados y sindicatos aliados de la central vasca iniciaron ayer un debate del que saldrán las líneas básicas de actuación para los próximos cinco años, una etapa que se antoja crucial para el futuro de Euskal Herria tanto desde el punto de vista económico como desde el reconocimiento de los derechos de la ciudadanía vasca.
La Ejecutiva llegó satisfecha del modelo de trabajo ejercido desde su séptimo debate nacional, trayectoria que refrendaron los delegados de forma prácticamente unánime (6 abstenciones y más de 450 votos de aprobación). Este apoyo allanó el camino del VIII Congreso de LAB, que tiene un tinte continuista tanto en los componentes de la Ejecutiva Nacional, que dirige Ainhoa Etxaide, como en su apuesta clara por la lucha obrera como vía para el cambio político, social y económico en Euskal Herria, un país «que debe buscar su propio camino», según afirmó Etxaide.
Igor Arroyo, responsable del sindicato en Nafarroa, justificó la celebración del congreso en este herrialde como la prueba de que LAB tiene una perspectiva nacional en la que no caben «provincialismos». Recordó que 2012 es una fecha simbólica para el país, puesto que se conmemoran el 75º aniversario de Gernika y 500 años de la conquista de Nafarroa. Asimismo, sostuvo que la crisis abierta en el seno del Gobierno navarro tiene su origen en la movilización y «las huelgas y las protestas que ha impulsado LAB junto con otros agentes». Nafarroa, según Arroyo, se encuentra ante una encrucijada y es importante busque su propio camino, porque «se ha visto ya que una Nafarroa aislada y sometida a Madrid queda en manos de la patronal y la élite económica».
La carta de Rafa Díez
El momento más emotivo de la cita fue la lectura de una carta del exsecretario general del sindicato, Rafa Díez, escrita desde la cárcel de El Dueso. Díez defendió el trabajo realizado junto con Arnaldo Otegi y los procesados por Bateragune, porque que ha servido para «proyectar el capital político de la izquierda abertzale a un escenario que nosotros y nosotras teníamos que abrir, definir y dibujar sin esperar a estar subordinados a las posiciones de los Estados». La misiva fue leída por Txutxi Ariznabarreta.
Díez animó a plantar cara a quienes tratan de frenar los cambios que supone el nuevo tiempo, «porque no tienen propuestas ni proyecto para una Euskal Herria a la que niegan el reconocimiento y la capacidad de decidir libre y democráticamente su futuro».
En el plano económico, la carta acusa a la «oligarquía financiera insaciable» de la actual crisis y describió a los «mercados» como «el nuevo fascismo del siglo XXI». Esta crisis, que Díez describe como sistémica, necesita que se le dé una salida desde Euskal Herria sin «los lastres que significan la dependencia con los Estados y la falta de soberanía política y económica».
El colectivo de presos también ocupó un lugar destacado en la primera jornada del Congreso, que finaliza hoy. Desde el estrado se leyó otra carta, en la que el EPPK llamó a los trabajadores y a los miembros del colectivo a trabajar fuertes en la lucha y seguir firmes. También pidió a los trabajadores vascos que respalden las decisiones que tomen los interlocutores del colectivo, ya que los presos son una consecuencia del conflicto y tienen un papel en el proceso que se ha abierto en Euskal Herria.
El camino ya se ha emprendido
Etxaide repasó las luchas que ha desarrollado el sindicato en los últimos años y señaló unos ejes similares para la siguiente andadura. Confrontación y lucha son las armas con las que cuenta la clase obrera y son armas válidas para defender «el empleo y los servicios públicos». Etxaide auguró que llegan tiempos duros para unos trabajadores ya muy castigados con un paro de más de 200.ooo personas y un enorme nivel de destrucción de empleo.
La secretaria general recordó también que las mujeres siguen teniendo una tasa de paro mayor. Etxaide adelantó que «habrá que realizar más huelgas generales para conseguir cambios». En su opinión, LAB debe seguir adelante «desde la credibilidad de su trayectoria».
Pero la ambición de LAB va más allá de incidir en el plano económico, ya que se reivindica como un actor en el nuevo ciclo político y se comprometió a poner todo su empeño en acabar con «las imposiciones y la negación del conflicto». La dirección de LAB reivindicó el trabajo en la apertura del nuevo tiempo de Rafa Díez, recordando que el Estado trató de boicotear la iniciativa «entrando por la fuerza en la sede de LAB». Pero, pese a las detenciones, Etxaide asegura que Díez dejó «encauzado» ese nuevo tiempo.
Por último, LAB ve como una necesidad reforzarse a sí mismo. En este sentido, la secretaria general aportó datos del crecimiento que está teniendo el sindicato tanto en afiliación como mejorando sus resultados en las elecciones en empresas y función pública. La apertura de LAB hacia nuevos militantes y en favor de la concienciación de clase son la garantía de que el sindicato pueda afrontar con éxito las metas que se ha propuesto.
Otro de los puntos clave de la ponencia pasa por elegir quiénes van a ser los aliados de los próximos años con los que plantarán cara a los ataques contra los trabajadores. En este sentido, apuestan por trabajar en un Marco Vasco de Relaciones Laborales. Las cuatro huelgas generales a las que ha llamado LAB en esta etapa han evidenciado para el sindicato que hay una masa social que quiere el cambio. Según Etxaide, «los trabajadores no hemos perdido la capacidad de lucha. Si hay sindicatos que quieren luchar, los trabajadores luchan».
La Ejecutiva decidió adelantar la votación de la enmienda en la que se proponía que las listas de la Ejecutiva dejaran de ser una plancha cerrada para que se votase cargo por cargo. Varias personas plantearon la necesidad de regresar a listas abiertas, pero finalmente se descartó. El resto de las enmiendas se votaron por la tarde, cuando el congreso había ya cerrado sus puertas a los periodistas. Primero se debatió sobre la propuesta político-sindical (431 votos favorables y una abstención). Más tarde, se abordó la ponencia de organización (376 a favor, uno en contra y cinco abstenciones). Había un número considerable de enmiendas tanto para la ponencia de organización (90 enmiendas) como para la político-sindical (140), por lo que el debate se alargó más de lo que se había previsto en un primer momento. En último lugar, llegó la votación con la que se refrendó a la nueva Ejecutiva Nacional, con Ainhoa Etxaide a la cabeza, con el apoyo del 88% de los congresistas.
El Congreso se cierra esta mañana con la intervención de la izquierda abertzale, ELA, el FSM y otros invitados. Después se presentará a la nueva Ejecutiva y el discurso final volverá a quedar en manos de la reelegida Etxaide. A.I.