El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, confirmó en la inauguración de la Cumbre sobre Desarrollo Global «Río+20», que se celebra en Río de Janeiro los escasos esfuerzos de los estados, que «no han estado a la altura de la medida del desafío». «La naturaleza no negocia con los seres humanos», añadió.

Las intervenciones de los jefes de Estado y de Gobierno confirmaron esa percepción. En su discurso de bienvenida a los 120 líderes mundiales presentes, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, defendió el acuerdo de mínimos firmado el martes, cuyo contenido eliminó los puntos más polémicos para evitar el fracaso de las negociaciones. El texto ha recibido numerosas críticas de sindicatos y ecologistas por su falta de valentía al considerar que «no sirve para salvar al planeta o a los pobres».

Deficiencias en el texto

El optimismo de Rousseff fue desmentido por el viceprimer ministro británico, Nick Clegg, que mostró su decepción por no poder «avanzar más». También el presidente francés, François Hollande, criticó las deficiencias del texto, sobre todo, relativas a las dificultades de la ONU para fortalecer su actual programa medioambiental. Muchos de los máximos responsables de países relevantes, como los de Estados Unidos, Alemania, o Gran Bretaña ni siquiera están presentes. Otros dejaron claro que su prioridad es el beneficio económico. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aseguró de que solo los proyectos medioambientales viables desde el punto de vista económico serán sostenibles y abogó por una «economía verde» que «aúne la protección del medio ambiente y la generación de empleo».

China echó un jarro de agua fría en el plenario al dejar claro que el cuidado al medio ambiente no será una prioridad del país mientras frene su crecimiento. El primer ministro chino, Wen Jibao, dijo que «no se puede limitar» el ritmo de crecimiento de los países y sostuvo que China tendrá más capacidad de impulsar la transición a lo verde cuanto más se desarrolle. Tampoco mostró un gran compromiso el primer ministro ruso, Dimitri Medvedev, que defendió que cada país establezca voluntariamente su propio plan contra el cambio climático y que divulgue las metas.

Nacionalizar

Por otro lado, el presidente de Bolivia, Evo Morales, propuso a todos los países que nacionalicen sus recursos naturales para evitar su mercantilización y garantizar su acceso a toda la población. El presidente de Ecuador, Rafael Correa, apostó porque los países que preservan la naturaleza reciban compensaciones económicas de los países ricos, principales responsables por las emisiones de gases contaminantes, para que paguen su deuda ecológica.