El último punto del orden del día de la última sesión plenaria del Parlamento navarro antes del periodo vacacional (este jueves y viernes) será el debate y votación de un requerimiento a Yolanda Barcina para que se someta a una cuestión de confianza después de la expulsión del PSN de su Gobierno, conformado ahora exclusivamente por miembros de UPN y que cuenta con el apoyo externo del PP.

Esta propuesta fue presentada ayer en la Mesa y Junta de Portavoces por NaBai, Bildu e Izquierda-Ezkerra y recibió también el apoyo del PSN. En contra votaron UPN y PP.

De este modo, el curso parlamentario se cerrará con la Cámara requiriendo a Barcina que se someta al refrendo del hemiciclo. En cualquier caso, aunque los cuatro grupos de la oposición logren aprobar la moción, Barcina no estará obligada a comparecer en el Parlamento para someterse a la cuestión de confianza.

Una iniciativa de ese tipo solo puede ser presentada por la propia presidenta del Gobierno, quien, previsiblemente, hará oídos sordos a esta demanda.

Y es que si pierde la votación de la cuestión de confianza -el escenario más posible teniendo en cuenta el reparto de fuerzas-, Barcina tendría que dimitir y se iniciaría un nuevo proceso de investidura con el actual Parlamento. Es decir, no se convocarían elecciones, sino que los parlamentarios tendrían que escoger a otra persona para ocupar el cargo.

El portavoz de UPN, Carlos García Adanero, criticó la iniciativa de la oposición y declaró que «si tan seguros están de tener la fuerza para ser alternativa de Gobierno, que presenten una moción de censura con otro candidato». En ese caso, los cuatro grupos de la oposición tendrían que consensuar previamente un candidato al cargo.

Juan José Lizarbe, portavoz del PSN, destacó que «Barcina no tiene nuestra confianza, ya que el PP puro y duro se ha instalado en el Palacio de Navarra» tras la expulsión de los consejeros del PSN. No obstante, Lizarbe se mostró convencido de que Barcina no atenderá el requerimiento de la Cámara. «Esta señora no se somete a una cuestión de confianza ni por asomo porque sabe que la pierde», señaló.

Patxi Zabaleta, portavoz de NaBai, indicó que «en momentos de crisis lo que interesa es que el Gobierno gobierne, que responda a las cuestiones que le plantea la sociedad, pero Barcina ha optado por parapetarse tras el Reglamento para no dar explicaciones». De hecho, se han suspendido las comparecencias de consejeros hasta después del parón veraniego.

Bakartxo Ruiz, de Bildu, subrayó que es «evidente que Barcina no tiene la confianza de la ciudadanía y gobierna de espaldas a los ciudadanos», por lo que considera necesario convocar elecciones anticipadas lo antes posible.

Ruiz también criticó el perfil de los nuevos consejeros de Barcina, destacando que Jesús Pejenaute ha estado estrechamente vinculado a la fallida CAN y que Luis Zarraluqui, nuevo responsable de Fomento, ha calificado de imprescindible continuar con las obras del TAV «a pesar de que dicen que no hay dinero ni para parchear las carreteras». Y lamentó que «todavía no se haya fijado la fecha en la que Barcina comparecerá ante la Cámara para informar sobre la crisis de Gobierno». En cualquier caso, será tras el verano.

José Miguel Nuin, de I-E, comentó que la cuestión de confianza revelaría «qué apoyos tiene la derecha» e instó a Barcina a atender el requerimiento del Parlamento y «no atrincherarse en el Palacio de Navarra».

Enrique Martín, portavoz del PP, se limitó a recordar que corresponde a Barcina plantear o no una cuestión de confianza ante la Cámara.