El primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki, convocó ayer elecciones anticipadas para tratar de salir de la crisis política que paraliza al país desde hace seis meses, informó un comunicado oficial.

«Como la otra parte se niega a sentarse a la mesa del diálogo y sigue provocando crisis políticas sucesivas que perjudican gravemente los intereses supremos del pueblo iraquí, el primer ministro se vio obligado a a convocar elecciones anticipadas», anunció el comunicado.

Al-Maliki criticó las «tentativas» del presidente del Parlamento, Osama al Nuyaifi, de reducir el poder legislativo a su persona y a su grupo (Al Iraqiya, que obtuvo 91 de los 325 escaños), una actuación que «no es neutra ni profesional».

Afirmó que el Ejecutivo está comprometido con las reformas y a favor de que el Parlamento las supervise, como contempla la Constitución, «a condición de que este control esté lejos de consideraciones políticas y responda al interés de la patria y el pueblo».

A este cruce de acusaciones se suma el caso del vicepresidente suní y dirigente de Al-Iraqiya, Tareq al Hashemi, que se encuentra en Turquía después de que un tribunal iraquí ordenara su detención.