Después de resolver el motín de los policías que reclamaban un aumento del salario, el Gobierno boliviano se enfrenta a otra movilización de indígenas amazónicos que concluyeron ayer en La Paz una marcha contra un proyecto de carretera que atraviesa su territorio.

El vicepresidente, Alvaro Garcia Linares, reconoció la legitimidad de las demandas policiales, pero insistió en que «políticos de derechas han intentado manipular el movimiento con el objetivo de un golpe de Estado». Pero tras el conflicto, resuelto mediante un aumento salarial de 14 dólares mensuales, entre otras medidas, y que llegó a la ocupación y saqueo de sedes policiales, una marcha de miles de indígenas llegó ayer a la capital. La manifestación se retrasó para no coincidir con el conflicto policial.

Marcha de apoyo a Morales

Los indígenas se oponen a la construcción de la carretera que atraviesa el parque natural de Tipnis. El pasado octubre una marcha similar consiguió suspender el proyecto y el Gobierno accedió a una consulta antes de ponerlo en marcha, pero los indígenas reclaman que no se realice la consulta.

A la vez, miles de manifestantes en apoyo al Gobierno de Evo Morales comenzaron también a llegar a La Paz. Los manifestantes, sobre todo aymaras y mineros, indicaron que quieren «defender el proceso de cambio en peligro por pequeños grupos de la derecha» que relacionan con el motín de los policías.

La movilización de indígenas amazónicos se desvió una calle mientras los policías separaban a la gente de un grupo y otro para evitar enfrentamientos violentos.