Antton Aranburu | Guitarra del grupo Hotzikara
«Sabemos que siempre seremos bienvenidos en gaztetxes y antros»
Llevan poco menos de tres años golpeando su juventud contra un acorde, un mazazo de batería o reventando un grito oscuro contra las paredes del local de ensayo. Se llaman Hotzikara, gente que nacía en el inicio de los ochenta y que unas décadas después, ya de adultos, se convierte en un grupo de metal con una soberbia y estimulante mezcla de metal, jarkore, thrash... y mucha pasión.
Pablo CABEZA | BILBO
En 2008, en la última noche de fiestas de Usurbil. Antton Aranburu, guitarra, después de unas Keler txikis desinhibidoras, consigue enredarle la cabeza a Olasa (Mikel Olasagati, batería) para tocar «Intrumisioa», una canción instrumental del grupo Anestesia. La experiencia la llevan acabo, mano a mano, al terminar la verbena en la que Olasa había tocado. Y a las seis de la madrugada fecunda en el subsconsciente lo que poco después sería Hotzikara. Cabe matizar que la osadía tenía su base, ya que la pareja (que, además, ya habían tocado juntos en una banda llamada Epok) solía juntarse para tocar versiones y divertirse con el arrojo y la dureza del metal contemporáneo.
La historia es complaciente y se lo pasan mejor que viendo ETB, pero les falta alguien que verbalice toda aquella corrosión, toda la mala leche que fluye por cada acorde y mamporro. Necesitan un vocalista, alguien que no se parezca a David Bisbal, David Bustamante o David Civera, pero que se llame David, eso sí. Y, ¡leñes!, ese es el loco que canta y se desgañita solo al lado de su local de ensayo. Un tipo con una voz nacida para tumbar tímpanos con la misma facilidad que Steven Seaguel se deshace de sus enemigos. El sujeto elegido, naturalmente, es David, pero David Illarramendi, cuerdas vocales de In Situ.
Ahora al trío le falta un bajista. No se conforman, quieren más. Antton le comenta al donostiarra Beñat (compañero de piso y guitarrista) a ver si quiere pasarse al bajo y pertenecer a un grupo de Usurbil. Beñat Urteaga dice que sí y el 7 de agosto de 2009, con un escalofrío en el cuerpo de cuidado, debutan en el gaztetxe Akerra como Hotzikara.
Con su primer disco homónimo, lo que el cuarteto de Usurbil ofrece es una potente y agresiva mezcla de metal, jarkore y thrash. Un abrasivo cruce entre Anestesia y Soziedad Alkoholika. En su myspace o en youtube, puede verse el espléndido videoclip sobre la canción «Guillotina».
¿Son autodidactas o existe formación académica?
Tanto Olasa como Illarra y Beñat son autodidactas, aunque Beñat había estudiado clarinete. Por otro lado, Antton ha tocado la guitarra desde pequeño. Por influencias aquí cada uno es de su padre y de su madre, desde O'Funkillo hasta Sepultura, pasando por AC/DC o Dut. Y de esta mezcla ha salido lo que ha salido, todavía no sabemos ni definirlo. La gente nos relaciona con Anestesia, y es un honor, pero creemos que el parecido no es tanto de estilo, sino por la voz.
¿Cuáles fueron los suplicios de grabación?
Primero fue un gran reto. Ninguno de nosotros había grabado nunca un disco en serio. Tuvimos la gran ayuda de Joseba Agirresarobe (Txofo) y grabamos por nuestra cuenta durante cuatro largas y sufridas sesiones en Usurbil. Una vez que todo estaba grabado, nos fuimos con el resultado donde Mikel Kazalis (Anestesia). Por último, Ibai Arrieta (fotógrafo y amigo) nos hizo la portada y el diseño. Tuvimos un contratiempo más: Beñat y Antton se iban de Erasmus para medio año. Lo cual hizo que las discusiones fueran a distancia, así que, te puedes imaginar... Después de este periodo, por fin publicamos el disco y para ser nuestro primer trabajo, suena... ¡Que te cagas!
¿Cómo terminaron?
Cansados, orgullosos y satisfechos de lo que habíamos hecho. Y con mucho aprendido y nuevas ideas para el siguiente disco.
Lástima que el sonido no encaje en el actual modelo de fiestas.
En este sentido no hay muchas oportunidades y las que surgen suele ser por conocer gente y hacer contactos. Sigue habiendo mucha gente que dice: «¡Uf! Demasiado ruido para mí» y felicitamos a todos los demás. Aún así, sabemos que siempre seremos bienvenidos en gaztetxes y antros con poca iluminación, pero tampoco descartamos tocar en el Velódromo, ¿no?
El clip es sencillo, pero muy efectivo y sólido.
Peru Galbete es un amigo que anda en este mundillo. Al ver los focos que había en la sala, propuso grabarnos uno por uno y montarlo después... Luego Illarra lo retocó a su manera, y la verdad es que ha quedado brutal para lo que se estaba pensado hacer.