Una treintena de dirigentes y miembros de la Confederación de Sindicatos de Trabajadores Públicos (KESK), detenidos en el marco de una operación de las autoridades turcas contra la Unión de Comunidades del Kurdistán (KCK), a la que Ankara vincula con el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), fueron trasladados ayer al Tribunal de Ankara, donde representantes de partidos políticos y organizaciones de defensa de derechos humanos realizaron una concentración de protesta. La redada se saldó el lunes con 71 detenidos, a los que Turquía acusa de pertenencia o colaboración con organización «terrorista».

En esta ocasión, la operación policial se llevó a cabo contra la KESK -54 de los detenidos pertenecen a esta organización-, el Sindicato de Personal Educativo (Egitim-Sen), el Sindicato de Trabajadores de Medios y Comunicaciones (Haber-Sen), el Sindicato de Empleados Públicos de Servicios Sanitarios y Sociales (SES), el Sindicato de Trabajadores de la Administración Municipal y Local (Tüm Bel-Sen) y otras organizaciones sindicales.

En la actualidad hay 39 miembros de la KESK encarcelados en prisiones turcas.

Las detenciones, realizadas en Estambul, Diyarbakir, Agri, Bitlis, Siirt, Adana y Eskisehir, provocaron fuertes protestas.

Cinco soldados muertos

Por otro lado, cinco soldados turcos han muerto en nuevos combates con guerrilleros del PKK en las provincias kurdas de Siirt y Hakkari.

El enfrentamiento de Siirt, escenario de frecuentes combates, se produjo la noche del martes, cuando un vehículo militar cayó en una emboscada del PKK en Eruh. Dos de los tres soldados heridos fallecieron en el hospital. En la operación militar puesta en marcha por las autoridades murieron otros dos.

Ayer falleció en un enfrentamiento con el PKK un miembro de la gendarmería turca en Yüksekova (Hakkari).